MADRID, 25 May. (EUROPA PRESS) -
Alrededor de 26.000 personas se han visto desplazadas por los combates registrados durante los últimos días entre el Ejército de República Democrática del Congo (RDC) y el grupo rebelde Movimiento 23 de Marzo en la provincia de Kivu Norte (este), según ha informado la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
El organismo ha indicado en un comunicado que más de 1.500 personas han cruzado la frontera con Uganda desde el estallido de los combates el 22 de mayo, mientras que otras 24.000 personas se han visto desplazadas internamente en localidades del área de Rwanguba.
Así, ha especificado que el grupo de personas que ha huido durante estos días a Uganda se suma a otros 19.000 refugiados llegados al país a causa de los combates de marzo en esta misma zona, sacudida por un aumento de la inseguridad durante las últimas semanas por la reactivación de los enfrentamientos con el M23.
"Las actividades socieconómicas básicas se han visto paralizadas en Jomba desde el inicio de los combates", ha dicho la OCHA, que ha indicado que "fuentes humanitarias señalan que al menos 19.000 personas han quedado sin ayuda vital por la suspensión de actividades humanitarias en localidades cercanas a Bunangana".
Sin embargo, ha hecho hincapié en que "las actividades humanitarias continúan en algunas zonas sin combates en Rwanguba", si bien ha alertado de que "los actores humanitarios temen una expansión de los combates a estas zonas, dado que los enfrentamientos continúan".
En este contexto, Naciones Unidas denunció el domingo un ataque por parte del grupo rebelde contra 'cascos azules' de la Misión de la ONU en República Democrática del Congo (MONUSCO) en el este del país, si bien el incidente se saldó sin víctimas.
El M23 ha sido acusado desde noviembre de 2021 de llevar a cabo ataques contra posiciones del Ejército en esta zona del país, a pesar de que procedió a su desmovilización hace más de ocho años tras combates con el Ejército.
Las autoridades congoleñas y el M23 firmaron en diciembre de 2013 un acuerdo de paz tras los combates registrados desde 2012 con el Ejército, que contó con apoyo de tropas de Naciones Unidas. Expertos de la ONU acusaron a Uganda y a Ruanda de apoyar a los rebeldes, si bien ambos países lo negaron.