En el marco de la crisis política en el país tras las presidenciales del 31 de octubre
MADRID, 19 Nov. (EUROPA PRESS) -
El expresidente de Costa de Marfil Henri Konan Bédié, uno de los principales líderes opositores del país, ha anunciado su decisión de aplazar la reunión prevista este viernes con otros partidos de oposición para abordar la crisis que atraviesa el país tras las elecciones presidenciales del 31 de octubre.
Konan Bédié ha comunicado a los líderes de todas las organizaciones opositoras que "la sesión de trabajo inicialmente prevista para el viernes 20 de noviembre de 2020 en su residencia ha sido aplazado a una fecha posterior", sin dar más detalles, según ha informado el portal de noticias Koaci.
El comunicado ha sido publicado dos días después de que el presidente marfileño, Alassane Ouattara, recalcara su disposición a mantener un diálogo con los dos principales partidos opositores del país para intentar acercar posturas en la crisis provocada por su decisión de presentarse a un tercer mandato, algo que logró en las urnas en medio del boicot opositor.
Los dos principales candidatos opositores, el Partido Democrático de Costa de Marfil (PDCI) de Konan Bédié y el Frente Popular Marfileño (FPI) del ex primer ministro Pascal Affi N'Guessan, hicieron un llamamiento a la desobediciencia civil y el boicot para denunciar que la candidatura de Ouattara era ilegal, según la Constitución, y criticar la eliminación de otros importantes opositores de la carrera electoral.
En el marco de los esfuerzos de las autoridades por rebajar las tensiones, Ouattara inició la semana pasada contactos con Konan Bédié, mientras que el primer ministro, Hamed Bakayoko, se reunió con políticos cercanos al expresidente Laurent Gbagbo, al que las autoridades han entregado además el pasaporte para que pueda regresar al país.
Gbagbo pidió al Gobierno la entrega de un pasaporte para poder volver al país antes de las elecciones, tras ser absuelto en 2019 por el Tribunal Penal Internacional (TPI) de una serie de delitos que incluyen asesinato, violación, persecución y otros actos inhumanos, todos ellos relativos a la escalada de violencia que se desató tras las elecciones de 2010 y que se saldó con unos 3.000 muertos.
Las tensiones en el país han dejado alrededor de 85 muertos hasta el momento, según el último balance oficial y muchos marfileños temen que otra polémica electoral pueda conducir a una nueva oleada de violencia como la que sacudió el país entre 2010 y 2011, cuando Gbagbo se negó a reconocer la victoria de Ouattara en las urnas.