La ONG advierte de que estas prácticas "sin una justificación militar pueden constituir crímenes de guerra"
MADRID, 20 Ene. (EUROPA PRESS) -
Amnistía Internacional (AI) ha denunciado en un nuevo informe que las fuerzas peshmerga del Gobierno Regional del Kurdistán iraquí y las milicias kurdas del norte de Irak han demolido, volado e incendiado miles de casas en un intento evidente de desarraigar a las comunidades árabes como represalia por su supuesto apoyo al grupo terrorista Estado Islámico.
En su informe 'Desterrados y desposeídos: desplazamiento forzado y destrucción deliberada en el norte de Irak', la ONG recoge una investigación de campo realizada en trece pueblos y ciudades y en testimonios de más de 100 testigos y víctimas de desplazamiento forzado, así como imágenes de satélite que revelan la "destrucción generalizada" cometida por los peshmerga o, en algunos casos, por milicias yazidíes y grupos armados kurdos de Siria y Turquía coordinados con las fuerzas peshmerga.
La asesora general de AI sobre respuesta a las crisis, Donatella Rovera, que ha llevado a cabo la investigación sobre el terreno en el norte de Irak, ha denunciado que el Ejército del Kurdistán iraquí "parece estar impulsando una campaña para desplazar a la fuerza a las comunidades árabes, destruyendo pueblos enteros en áreas arrebatadas al Estado Islámico en el norte de Irak".
"El desplazamiento forzado de la población civil y la destrucción deliberada de casas y propiedades sin una justificación militar pueden constituir crímenes de guerra", ha advertido.
Asimismo, las citadas fuerzas, según Amnistía, también están impidiendo a los residentes árabes de estas zonas que regresen a sus hogares tras ser recuperados. "Decenas de miles de civiles árabes que se vieron obligados a huir de sus casas a causa de los combates luchan ahora por sobrevivir en campamentos improvisados en condiciones desesperadas", ha lamentado Rovera.
"Muchos han perdido sus medios de vida y todas sus pertenencias y, al haber perdido sus casas, no tienen donde regresar. Al impedir que las personas desplazadas regresen a sus pueblos y al destruir sus casas, el ejército del Kurdistán iraquí sigue exacerbando su sufrimiento", ha sostenido en un comunicado.
DESPLAZAMIENTO FORZADO Y DESTRUCCIÓN
El informe revela indicios de desplazamiento forzado y destrucción a gran escala de viviendas en pueblos y ciudades en las provincias de Nínive, Kirkuk y Diyala, que las fuerzas peshmerga recuperaron de manos de Estado Islámico entre septiembre de 2014 y marzo de 2015.
A pesar de que representantes del Gobierno del Kurdistán iraquí han justificado el desplazamiento de comunidades árabes aduciendo motivos de seguridad, según Amnistía parece que se está empleando para castigarlas por su supuesta simpatía hacia el Estado Islámico y para consolidar conquistas territoriales en "zonas en disputa" que las autoridades kurdas hace tiempo que reclaman como legítimamente suyas.
La ONG considera que forma parte de "un intento de revertir abusos cometidos en el pasado por el régimen de Sadam Husein, que desplazó a la fuerza a los kurdos y colonizó la región con población árabe".
En este sentido, Rovera ha recordado que las fuerzas kurdas tienen "el deber de procesar en juicios con las debidas garantías a las personas sospechosas de haber instigado y secundado crímenes cometidos por el Estado Islámico" pero no deben "castigar a comunidades enteras por crímenes perpetrados por algunos de sus miembros o sobre la base de sospechas vagas, discriminatorias e infundadas de que apoyan" al citado grupo terrorista.
"Lo único que sé es que cuando los peshmerga recuperaron el pueblo las casas estaban en pie. No podíamos regresar, pero se veía claramente desde la distancia. Y luego demolieron el pueblo, no sé por qué. No queda nada. Lo destruyeron todo sin ningún motivo", ha contado Maher Nubul, un padre de 11 hijos que huyó de Tabaj Hamid en agosto de 2014.
ARRASADO HASTA LOS CIMIENTOS
Los investigadores de Amnistía Internacional que visitaron la zona en noviembre de 2015 constataron que el pueblo había sido arrasado hasta los cimientos. En Jumeili, los investigadores confirmaron que la mayor parte del pueblo había quedado reducida a escombros, algo confirmado por las imágenes de satélite que muestran que el 95 por ciento de todos los muros y estructuras bajas habían sido destruidos.
Las imágenes de satélite también muestran posibles huellas de excavadoras en los dos pueblos, cerca de las pilas de escombros y cascotes que ocupan el lugar donde estaban los edificios. Asimismo, proporcionaron indicios de destrucción masiva en dos pueblos cercanos, Bahiza y Tubaykh.
Amnistía Internacional también halló pruebas de destrucción masiva reiterada y premeditada de casas y propiedades en pueblos árabes bajo control peshmerga en la provincia de Nínive. "Los peshmerga no nos permitieron regresar y luego las milicias yazidíes volvieron y lo demolieron y destruyeron todo, incluso nuestros huertos; no dejaron nada que pudiéramos recuperar", ha contado Ayub Salah, residente de Sibaya, en el noreste de las montañas de Sinyar.
En Sibaya y en cuatro pueblos árabes cercanos --Chiri, Sayir, Umm Khabari y Khazuqa-- la mayoría de las casas fueron incendiadas en enero de 2015 por miembros de las milicias yazidíes y combatientes de grupos armados sirios y kurdos de Turquía que actuaban en la región de Sinyar. Cinco meses después, los responsables regresaron con excavadoras y las destruyeron, según Amnistía, que visitó la zona el pasado noviembre.
Por otra parte, la ONG ha denunciado que al menos en dos ocasiones, poco después de llegar a pueblos destruidos, sus investigadores fueron aprehendidos por peshmerga, que los escoltaron fuera de la zona y les impidieron tomar fotografías.
Así las cosas, tras reconocer la labor de acogida del Kurdistán iraquí a miles de desplazados por la violencia en otras partes de Irak, Amnistía ha sostenido que "estas difíciles circunstancias no pueden servir de excusa para la destrucción premeditada y otros abusos cometidos por las fuerzas del Gobierno Regional del Kurdistán y otras milicias documentados en el presente informe".
PETICIÓN DE AMNISTÍA
"El Gobierno Regional del Kurdistán debe detener inmediatamente la destrucción ilegítima de casas y propiedades civiles y debe ofrecer reparación plena a todos los civiles cuyas casas hayan sido demolidas o saqueadas. Los civiles desplazados a la fuerza deben poder regresar a sus hogares lo antes posible", ha reclamado Rovera.
"Los peshmerga no deben permitir a los grupos armados y milicias aliados en la lucha contra el Estado Islámico cometer semejantes abusos", ha añadido, recordándoles que dado que controlan la zona "tienen la responsabilidad de garantizar la protección de todas las comunidades".
Por último, ha considerado "vital que la comunidad internacional --incluidos los miembros de la coalición liderada por Estados Unidos que combaten al Estado Islámico (...) y otros países que apoyan a las fuerzas peshmerga-- condene públicamente todas las violaciones del Derecho Internacional Humanitario de ese tipo", además de asegurarse que de la ayuda que se brinde al Kurdistán iraquí "no alimente dichos abusos".