NAIROBI, 21 Mar. (Reuters/EP) -
Las autoridades de Burundi han detenido a tres niñas acusadas de pintarrajear en sus libros de texto una foto del presidente del país, Pierre Nkurunziza, según ha informado este jueves la portavoz del Tribunal Supremo del país, Agns Bangiricenge, un delito que puede acarrear hasta cinco años en prisión.
Las tres niñas fueron detenidas la semana pasada en la provincia de Kirundo, en el noreste de Burundi y a unos 200 kilómetros de la capital, junto a otras cuatro menores que finalmente han sido liberadas. Todas ellas habían sido acusadas de insultar a Nkurunziza por garabatear fotos de su rostro en libros de texto.
Bangiricenge ha explicado que un tribunal regional de Kirundo decidió este miércoles detener a las niñas y seguir adelante con el juicio, que esperarán ya encerradas en una prisión cercana. Según ha afirmado un juez a Reuters bajo la condición de anonimato, se enfrentan hasta a cinco años de cárcel.
"Es verdad que garabatear (una foto del presidente) es una ofensa punible bajo la ley de Burundi, pero ya que ha sido cometido por adolescentes, creo que es una circunstancia atenuante", ha explicado un defensor de los derechos de los niños que trabaja para el grupo local SOGEPAE, David Ninganza.
"Estas niñas no están comprometidas con ninguna lucha política ni tienen cargos políticos. Los jueces deberían tener en cuenta todas estas circunstancias en sus investigaciones", ha afirmado.
No es la primera vez en los últimos años que algunos niños son expulsados del colegio por actos similares, y algunos han acabado encerrados. En 2016, 11 alumnos fueron encarcelados por este motivo y, este mismo año, 300 estudiantes del barrio Ruziba de la capital fueron mandados de vuelta a casa por garabatear la imagen de Nkurunziza.
Cientos de burundises han muerto en choques con las fuerzas de seguridad y más de un millón han huido desde que Nkurunziza anunció en 2015 que optaría a la reelección, que ganó, en lo que sus adversarios denunciaron que es una quiebra constitucional.
Este mes, la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, acusó a Burundi de forzar a Naciones Unidas a cerrar su oficina de Derechos Humanos en el país tras 23 años.
Burundi suspendió toda cooperación con la oficina de Derechos Humanos de la ONU después de un informe en el que acusaba al Gobierno y sus seguidores de ser responsables de crímenes contra la Humanidad.
Bachelet aseguró que seguía habiendo informes creíbles de serias violaciones de Derechos Humanos en Burundi, incluyendo asesinatos arbitrarios, desapariciones forzosas y restricciones a la libertad de asociación, expresión y movimiento.