Las autoridades afirman que estuvo 23 años oculto en un pozo excavado en la casa de un vecino, detenido por encubrimiento
MADRID, 17 May. (EUROPA PRESS) -
Las autoridades de Ruanda han anunciado la detención de un hombre acusado de participar en el genocidio de 1994 que llevaba unos 30 años fugado y que habría logrado escapar de la justicia escondiéndose durante más de dos décadas en la casa de uno de sus vecinos en la localidad de Nyanza.
La Oficina de Investigación de Ruanda (RIB) ha indicado que el sospechoso, identificado como Emmanuel Ntarindwa, ha permanecido 23 años escondido en la casa de un hombre identificado como Eugenie Mukamana, también detenido por no informar de la presencia del fugitivo en su hogar.
Así, ha recalcado que Ntarindwa ha confesado que huyó a República Democrática del Congo (RDC) para escapar de las nuevas autoridades tras participar en el genocidio y ha agregado que pasó allí siete años antes de regresar a territorio ruandés en 2001, cuando buscó refugio en la vivienda de Mukamana.
La RIB ha afirmado que el sospechoso, que habría confesado varios asesinatos en dos comunas de Nyanza durante el genocidio, no abandonó en ningún momento la casa y que el hombre excavó un pozo en una habitación para poder permanecer escondido, según ha recogido el diario ruandés 'The New Times'.
El anuncio sobre la detención de Ntarindwa llega apenas dos días después de que la Fiscalía del Mecanismo Residual para los Tribunales Penales Internacionales (IRMCT), el órgano judicial vinculado a la ONU para depurar responsabilidades por el genocidio de Ruanda, confirmara la muerte de los dos últimos fugitivos imputados por su papel en el exterminio de tutsis y hutus moderados a manos de extremistas hutu.
Alrededor de 800.000 ruandeses, la inmensa mayoría de ellos tutsis y hutus moderados, fueron asesinados por extremistas hutu durante cerca de tres meses en 1994. A día de hoy todavía se están descubriendo fosas comunes, especialmente desde que los condenados que han cumplido sus penas han aportado información sobre el lugar en el que enterraron o abandonaron a sus víctimas.
Las raíces del conflicto entre hutus y tutsis se remontan varias generaciones, si bien la muerte del entonces presidente ruandés, el hutu Juvenal Habyarimana, por el derribo con un misil del avión en el que viajaba junto al mandatario de Burundi, Cyprien Ntaryamira, desencadenó rápidamente unas matanzas encabezadas por la milicia hutu Interahamwe.