MADRID, 10 (EUROPA PRESS)
Las autoridades de Etiopía han detenido a cerca de 70 personas que trabajaban como conductores para el Naciones Unidas y otras organizaciones no gubernamentales internacionales, tras la detención el martes de más de 15 funcionarios de la ONU en la capital del país, Adís Abeba.
"Confirmamos que alrededor de 70 conductores de camión contratados por Naciones Unidas y ONG internacionales asociadas en Etiopía han sido detenidos", ha indicado un portavoz de la oficina de la ONU en Etiopía en un correo electrónico a Europa Press.
En un mensaje enviado previamente, la oficina había cifrado en 72 los detenidos en Semera, capital de la región de Afar, y había resaltado que todos ellos habían sido subcontratados por el Programa Mundial de Alimentos (PMA). Por el momento no han trascendido más detalles sobre lo sucedido.
El portavoz de la Secretaría General de la ONU, Stéphane Dujarric, denunció el martes la detención de 16 trabajadores de la ONU en Adís Abeba y agregó que habrían podido ser arrestados en medio de redadas contra personas procedente de Tigray en medio del estado de emergencia decretado la semana pasada por el Gobierno.
"Están detenidos en instalaciones contra su voluntad. No sé si sea en prisiones, cárceles o penitenciarías, pero no están detenidos en sus casas", detalló, antes de aseverar que se está intentando "obtener datos más detallados al respecto" en medio de "todo tipo de desafíos de comunicación".
El Parlamento etíope aprobó la semana pasada el estado de emergencia decretado por el Gobierno ante los avances del Frente Popular para la Liberación de Tigray (TPLF) en el norte del país. Por su parte, las autoridades de Adís Abeba instaron a los ciudadanos a armarse y proteger los barrios.
El portavoz del TPLF, Getachew Reda, aseguró el martes que el grupo continuará su avance hacia la capital a menos que el primer ministro, Abiy Ahmed, "acepte sus condiciones". "El único obstáculo a la solución pacífica al conflicto es la obsesión de Abiy con la solución militar a lo que es esencialmente un problema político", dijo.
El conflicto comenzó el 4 de noviembre de 2020 cuando Abiy ordenó una ofensiva militar en represalia por el ataque a la base del Ejército en Mekelle tras meses de tensiones entre el TPLF y el Gobierno central en torno al aplazamiento de las parlamentarias, finalmente celebradas en junio y en las que Abiy logró una victoria aplastante ante los llamamientos al boicot y la falta de votación en varias zonas --entre ellas Tigray-- por la inseguridad.
Sin embargo, el TPLF logró importantes avances en junio que le permitieron recuperar Mekelle, tras lo que Abiy anunció un alto el fuego unilateral citando motivos humanitarios, rechazado por el grupo, que expandió su ofensiva a las adyacentes regiones de Amhara y Afar, haciendo temer una propagación de la guerra al resto del país.