LONDRES, 10 Jun. (EUROPA PRESS) -
Fiona Hill y Nick Timothy, jefes de gabinete de Theresa May, han presentado este sábado su dimisión ante el ultimátum emitido por altos cargos 'tories' contra la primera ministra británica ante los malos resultados electorales.
Timothy ha anunciado su dimisión a través de un artículo de su puño y letra para la web Conservative Home, especializada en el seguimiento del Partido Conservador británico. La dimisión de Hill ha sido confirmada en un primer momento por portavoces del partido a la cadena BBC y al diario 'The Guardian' y ratificada después por la propia Hill en la misma web con un escueto párrafo.
"Ha sido un placer servir en el Gobierno y un placer trabajar con tan excelente primera ministra", ha escrito Hill. "No tengo ningún género de duda de que Theresa May seguirá sirviendo al país y trabajando duro como primera ministra, y de que lo hará con brillantez", ha concluido.
Timothy ha sido quien ha entonado el 'mea culpa' completo a través de una extensa carta en la que ha achacado la derrota a "la división existente en el pueblo británico" y, sobre todo, a su propia incapacidad para convencer a los votantes de las condiciones de la Seguridad Social propuestas por la primera ministra.
Con todo, y frente a "extrañas informaciones" aparecidas en los medios británicos, Timothy ha querido subrayar que este aspecto del programa de May ha sido examinado a conciencia y que en ningún momento se trató de "un experimento personal".
Previamente, la cadena británica BBC había informado, citando a sus propias fuentes internas del partido, que varios altos cargos de la formación habían exigido a la primera ministra el cese de ambos a lo largo de este fin de semana, o de lo contrario se enfrentaría el lunes a una petición formal para que dejara el cargo.
El Partido Conservador británico ha experimentado un significativo descenso del apoyo popular, según los resultados de las elecciones del pasado día 8, en las que perdió la mayoría absoluta de la que disfrutaba en el Parlamento; comicios adelantados precisamente por la primera ministra británica, en lo que algunos integrantes del partido consideraron como un grave error de cálculo por parte de sus allegados.