COPENHAGUE, 11 Jun. (DPA/EP) -
El Gobierno danés ha concedido a Groenlandia y las Islas Feroe una mayor autonomía a la hora de negociar sus propias decisiones en los ámbitos de seguridad y defensa a través de un incremento de su rol el foro intergubernamental del Consejo Ártico.
Así, se prevé la formación de un grupo de contacto con ministros y representantes para que ambos territorios tengan un mayor "margen de maniobra" en cualquier negociación que se refiera a estos aspectos, según ha explicado la primera ministra danesa, Mette Fredericksen tras un encuentro con los líderes de Groenlandia y las Feroe, Mute B. Egede y Bardur Nielsen.
Además, la primera ministra danesa planea transformar la estructura del Consejo, el foro de cooperación más importante de las regiones circundantes al Polo Norte, al conceder a Groenlandia la potestad de hablar en nombre de la llamada Comunidad Imperial -- la mancomunidad que forman Dinamarca y estas dos regiones -- y firmar documentos en su nombre.
Ambos territorios tienen un carácter semiautónomo pero reciben una importante ayuda económica de Copenhague en un momento en que la región del Ártico ha aumentado en prominencia dado que los efectos del cambio climático han permitido un incremento de las rutas comerciales, que ahora se han extendido a lugares previamente inaccesibles por las bajas temperaturas.
Estados Unidos lleva años intentando contener los esfuerzos chinos para invertir en la isla. De hecho, el Pentágono consiguió impedir con éxito el año pasado que Pekín financiara la construcción de tres aeropuertos allí.
En ella se encuentra la base militar norteamericana de Thule, el destacamento más septentrional del Ejército norteamericano y parte absolutamente imprescindible de su sistema global de radar.
Groenlandia fue protagonista en 2019 de un conflicto diplomático tan breve como estrambótico con Estados Unidos después de que 'The Wall Street Journal' diera a conocer que el entonces presidente norteamericano, Donald Trump, había consultado con sus asesores en reuniones a puerta cerrada la posibilidad de comprar el territorio para expandir las fronteras norteamericanas, como ya ofreciera hace unos 70 años su predecesor Harry Truman.