El ministro de Exteriores de Irán, Mohamad Javad Zarif
Foto: LEONHARD FOEGER / REUTERS
Actualizado: martes, 14 julio 2015 18:27

DUBAI, 14 Jul. (Reuters/EP) -

   El acuerdo nuclear sellado este martes entre las potencias internacionales e Irán es fruto en gran medida de la diplomacia blanda que el jefe negociador de la República Islámica, Mohamad Javad Zarif, ha hecho su distintivo personal.

   Zarif ha ejercido de primer espada por la parte persa en los dos años de negociaciones con el Grupo 5+1 --formado por Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania, Rusia y China-- que por fin han cristalizado este martes con un acuerdo para contener la industria atómica iraní a cambio de derogar paulatinamente las sanciones.

   En este tiempo el ministro de Exteriores no solo ha tenido que lidiar con Occidente --enemigo histórico de Irán-- sino también con una dura oposición en el seno de la nación persa cuya división encarnan a la perfección el presidente, Hasán Rohani, y el líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei.

   "Zarif es el diplomático más efectivo que ha tenido Irán desde la Revolución Islámica de 1979", ha dicho a Reuters Karim Sadjadpour, analista político del Instituto Carnegie Endowment para la Paz Internacional.

   "Es el único hombre en el mundo capaz de tener una conversación con (el secretario de Estado norteamericano) John Kerry un día y con Alí Jamenei al siguiente y asegurar a los dos que comparte su punto de vista", ha explicado.

CARA A CARA

   Zarif ha logrado entablar buenas relaciones con los representantes occidentales gracias a su conocimiento de Estados Unidos, a donde llegó con 17 años para estudiar en San Francisco y donde desarrolló su carrera diplomática en Naciones Unidas.

   El ministro iraní ya tenía contactos regulares con diplomáticos estadounidenses cuando las relaciones entre Washington y Teherán eran un tema tabú en ambos países, lo que le situó como principal negociador para liberar a los rehenes norteamericanos secuestrados por Hezbolá en los 90.

   Este punto de partida ha sido de gran ayuda a lo largo de las conversaciones nucleares, que han vivido momentos de gran tensión que han obligado a las partes a rebajar las expectativas. "Cuando Zarif y su equipo llegaron, la atmósfera cambió por completo", ha dicho John Limbert, ex asistente de la Secretaría de Estado para Irán.

   En concreto, Zarif ha sido capaz de fraguar una relación casi personal con Kerry. "Tienen una visión similar de la diplomacia", ha explicado Limbert. "Entienden la importancia de saber escuchar, ser paciente y no rendirse nunca", ha señalado.

FIGURA CONTROVERTIDA

   Sin embargo, su falta de pudor con Occidente se ha convertido en su talón de Aquiles en Irán, donde es blanco constante de críticas por el ala más conservadora del régimen de los ayatolás que no ve con buenos ojos su fluidez con el enemigo.

   "Zarif se ha pasado casi toda su vida diplomática fuera de Irán y por eso tiene un buen toque con los temas internacionales, pero éste es también su punto débil", ha sostenido Hossein Rassam, ex asesor del Foreign Office británico.

   El Parlamento iraní ha intentando aprobar una ley para condicionar el acuerdo nuclear con el Grupo 5+1 y los medios de comunicación oficiales han aireado sus desencuentros con varios diputados que le han llegado a llamar "traidor".

   Incluso algunos políticos iraníes le han calificado de cobarde por fijar su residente en Estados Unidos durante las guerras con Irak, en la década de 1980, en lugar de defender a la nación persa del régimen de Sadam Husein.

UNA SONRISA PARA EL ENEMIGO

   Desde Estados Unidos han llegado a esgrimirse los mismos argumentos que en Irán. El senador republicano Tom Cotton acusó en Twitter a Zarif de "esconderse mientras los niños marchaban hacia la guerra", a lo que el ministro contestó felicitándole por el nacimiento de su hijo.

   "Lo que necesitamos es una diplomacia seria, no una lucha entre machos", afirmó el titular de Exteriores en un ejemplo de lo que el ex negociador nuclear iraní Hossein Mousavian ha bautizado como la estrategia "cero tensión" de Zarif.

   Al mismo tiempo se ha encargado de informar puntualmente de cualquier avance u obstáculo a Jamenei para usarle como parapeto en la arena política iraní. "Ha conseguido contextualizar los objetivos (de las negociaciones nucleares) en los intereses nacionales y no en la ideología radical", ha valorado Sadjadpour.

   "En diplomacia siempre hay que sonreir", escribió en unas memorias publicadas en 2013. "Pero nunca debes olvidar que estás hablando con el enemigo", apostilló.

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