MADRID, 24 Sep. (EUROPA PRESS) -
Los diputados del llamado Bloque de la Patria, que incluye al gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y sus aliados, se han reincorporado este martes a la Asamblea Nacional, en cumplimiento de uno de los acuerdos alcanzados por el Gobierno de Nicolás Maduro y partidos minoritarios de la oposición venezolana en el nuevo diálogo.
Se trata de cerca de 40 diputados 'chavistas' que incluyen a los ex ministros Francisco Torrealba, Hugbel Roa y Ricardo Molina y al ex gobernador del Banco Central de Venezuela (BCV) Ricardo Sanguino, así como algunos miembros de la Asamblea Constituyente. "¡Chávez vive, la patria sigue!" y "¡Leales siempre, traidores nunca!", han gritado al irrumpir en el hemiciclo, según informa la prensa local.
Torrealba, que ha asumido el cargo de coordinador de la bancada oficialista, ha explicado que "el Bloque de la Patria viene a la Asamblea Nacional a cumplir con el pueblo por la paz". "Estamos aquí para rescatar los espacios de diálogo, para ayudar a la reinstitucionalización de este poder que destruyó la mayoría de la derecha", ha dicho.
Los 'chavistas' han sido recibido con gran expectación por parte de sus compañeros opositores, algunos de los cuales han recogido el momento con sus teléfonos móviles. Sin embargo, la primera polémica no ha tardado en surgir porque algunos se han negado a readmitir como diputados a quienes ya ejercen otros cargos públicos, una decisión que los oficialistas han querido dejar en manos del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ).
El presidente de la Asamblea Nacional y autoproclamado mandatario interino de Venezuela, Juan Guaidó, ha considerado que, "de manera implícita, el regreso de los diputados 'chavistas' es un reconocimiento claro" tanto al Parlamento como a él mismo.
El regreso del oficialismo a la sede legislativa obedece al acuerdo alcanzado el pasado 16 de septiembre entre el Gobierno de Maduro y cuatro partidos para emprender un nuevo diálogo, que incluía ya pactos concretos como la vuelta de los 'chavistas' a la Asamblea Nacional, la renovación del Consejo Nacional Electoral (CNE) y la liberación de presos políticos.
Este acuerdo ha sido rechazado por Guaidó, que aglutina a la mayoría de la oposición venezolana, porque considera que es una maniobra política de Maduro para no tener que aceptar la propuesta realizada en el proceso de Oslo y Barbados, que pasar por un gobierno de transición en el que no estén presentes ninguno de los dos para guiar al país a unas elecciones presidenciales "reales", reactivar la economía y acceso a la ayuda humanitaria.
El líder opositor ha dado por "agotado" el diálogo que se desarrolló entre mayo y agosto en Oslo y Barbados, pero ha aclarado que la oferta que hizo entonces a Maduro sigue vigente, retando al presidente venezolano a explicar por qué no acepta lo que sería una "solución real" a la crisis política, económica y humanitaria que arrastra la nación caribeña.
DOS AÑOS DESPUÉS
La oposición venezolana, reunida en la Mesa de Unidad Democrática (MUD), logró una histórica victoria en las elecciones parlamentarias de 2015 que se tradujo en una 'súper mayoría' de 112 diputados que le permitía controlar y renovar a las máximas autoridades del Estado, incluido el Gobierno de Maduro.
El triunfo electoral de tres diputados del estado venezolano de Amazonas fue impugnado por el Tribunal Supremo de Justicia por supuesto fraude. Tras meses de controversia, finalmente renunciaron a sus escaños para evitar que la coalición opositora perdiera la 'súper mayoría'.
Sin embargo, el TSJ declaró en "desacato" a la Asamblea Nacional y mantuvo su decisión pese a la salida definitiva de los tres diputados amazónicos. En línea con la resolución judicial, los parlamentarios 'chavistas' abandonaron la sede legislativa en 2017, aunque algunos se fueron reincorporando después como disidentes.
La crisis institucional se consolidó ese mismo año con la instalación de una Asamblea Constituyente a propuesta de Maduro que está integrada exclusivamente por 'chavistas' porque la MUD decidió no participar en esas elecciones por considerar que la convocatoria y el propósito de la misma eran ilegítimas.
Desde entonces, oposición y 'chavismo' permanecían separados y enfrentados en la Asamblea Nacional y en la Asamblea Constituyente, que paradójicamente conviven en el mismo edificio, el Palacio Legislativo de Caracas. El Parlamento ha seguido legislando pero sus actos han sido declarados nulos por el TSJ y, por ende, el Gobierno tampoco los ha reconocido.
Guaidó se autoproclamó "presidente encargado" de Venezuela el pasado 23 de enero, precisamente, en calidad de presidente de la Asamblea Nacional, cargo que asumió ese mismo mes conforme a las normas de rotación interna de la MUD, que adjudicaban el puesto a Voluntad Popular (VP), su partido político.