MADRID, 25 Sep. (EUROPA PRESS) -
La directora financiera de Huawei, Meng Wanzhou, ha regresado este sábado a China después de tres años retenida en Canadá a petición de Estados Unidos, que acusaba a Meng de haber engañado al banco HSBC sobre las relaciones del gigante chino con Irán, y ha agradecido "a la fuerte nación china" por poder regresar al país.
"Sin una nación fuerte no sería libre como lo soy hoy. El camino de vuelta a casa, lleno de giros y vueltas, es el más acogedor del mundo", ha afirmado Meng durante su vuelo de vuelta, según recogen medios oficiales chinos.
Meng ha aterrizado en el Aeropuerto Internacional de Shenzhen-Bao'an en un vuelo chárter fletado por el Gobierno chino y "pronto se reunirá con su familia", según la prensa oficial.
PERSECUCIÓN POLÍTICA
Mientras, la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Hua Chunying, ha afirmado que la situación de Meng es un caso de persecución política.
"La posición de China sobre el caso de Meng Wanzhou es coherente y clara. Los hechos ya demostraron que se trata de un caso de persecución política de un ciudadano de la República Popular de China con el fin de ejercer presión sobre empresas de alta tecnología chinas", ha afirmado Hua. Hua ha destacado además que todas las acusaciones por fraude contra Meng fueron "totalmente fabricadas".
Estados Unidos pidió la extradición de la ejecutiva en 2018 porque consideraba que defraudó a HSBC al mentir a la entidad durante una reunión con un alto cargo del banco en la que habló de los negocios que tenía Huawei con Irán.
Sin embargo, este viernes, el Departamento de Justicia estadounidense ha alcanzado un acuerdo con Meng que implica que el país dejará de pedir su extradición, por lo que ésta ha podido abandonar Canadá en un vuelo privado con destino Shenzhen, donde tiene su sede la compañía tecnológica.
A cambio, la directora financiera ha admitido que engañó a HSBC sobre los negocios de la compañía con Irán, lo que violaba las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos contra Teherán.
El arresto de Meng supuso un punto de inflexión en las relaciones de China con Estados Unidos y Canadá. Pekín ha rechazado los cargos y ha reiterado que la que es, además, hija del fundador de la compañía, está siendo víctima de una persecución política.
Poco después de su arresto, China detuvo a los canadienses Michael Kovrig y Michael Spavor, a quienes acusó de espionaje. Spavor fue condenado a once años de prisión, mientras que Kovrig esperaba su sentencia. Ambos han sido ya liberados.