El hijo del presidente del Kurdistán iraquí sostiene que la federación no ha funcionado
ERBIL (IRAK), 15 (Reuters/EP)
El presidente del Consejo de Seguridad del Gobierno Regional del Kurdistán (KRG), Masrour Barzani, ha manifestado este jueves que Irak deberá ser dividido en tres para evitar futuros sectarismos una vez el grupo terrorista Estado Islámico sea derrotado en Mosul.
Las fuerzas de seguridad iraquíes, que han expulsado a los milicianos de algunas ciudades clave que se encontraban en posesión del grupo terrorista desde 2014, están ahora avanzando en Mosul, donde la derrota de los milicianos supondría el fin del autoproclamado califato.
Sin embargo, todo apunta a que Irak, que se ha visto afectado durante años por la violencia sectaria, seguirá dividida. Barzani, hijo del presidente de la región semiautónoma iraquí del Kurdistán, Masud Barzani, ha indicado que el nivel de desconfianza es tal que suníes, chiíes y kurdos no deben "permanecer bajo el mismo techo".
"La federación no ha funcionado, así que la solución debe encontrarse en una confederación o en una completa separación", ha explicado a Reuters Barzani. "Si tuviéramos tres estados confederados podríamos tener tres capitales con igual importancia, lo que supondría que ninguna estaría por encima de la otra", ha añadido.
Los kurdos, que han intentado en varias ocasiones conseguir la independencia de Irak, país liderado por una mayoría chií desde que tuvo lugar la caída del régimen de Sadam Husein en 2003, tienen su propia fuerza de seguridad, los peshmerga, que han estado combatiendo al Estado Islámico con la ayuda de la coalición liderada por Estados Unidos.
UNA POSIBLE SOLUCIÓN ENMARCADA EN EL REFERÉNDUM SOBRE LA INDEPENDENCIA KURDA
Según Barzani, los suníes deben tener la opción de hacer lo mismo que los kurdos en las provincias donde son mayoría en el norte y el este del país. "Lo que estamos ofreciendo es una solución. Pueden ser buenos vecinos sin la necesidad de convivir bajo un mismo techo. Una vez se sientan cómodos y seguros de que tendrán un buen futuro, podrán cooperar los unos con los otros", ha añadido Barzani, cuyo padre ha convocado este año un referéndum sobre la independencia kurda, una región que mantiene disputas territoriales y económicas con el gobierno central.
Bagdad ha restringido el presupuesto federal al KRG en aras de presionar a los kurdos para que vendan petróleo en su territorio a través de la empresa petrolera estatal y no de forma independiente. Los kurdos, por su parte, reivindican la región de Kirkuk, en el norte de Irak, como parte de su territorio.
Barzani ha aseverado que la sensación de los suníes de haber sido marginados por el gobierno chií ha facilitado la recuperación de regiones que se encontraban en manos de milicianos del Estado Islámico.
Antes de que tenga lugar la batalla por Mosul, Barzani ha destacado que las diferentes comunidades de la ciudad deben llegar a un acuerdo sobre cómo manejar los momentos posteriores a la ofensiva. La población suní de Mosul antes de que estallara la guerra era de 2 millones de personas, pero en ella vivían, además, ciudadanos de religiones y etnias minoritarias, como cristianos, chiíes, yazidíes, kurdos y turcomanos.
Casi toda la población huyó durante el asedio del Estado Islámico junto a miles de suníes que no podían vivir bajo las duras normas y bloqueos económicos impuestos por los milicianos en la zona. "La parte más importante es cómo gestionar Mosul después de que Estado Islámico sea derrotado", ha afirmado Barzani. "No queremos ser testigos de una liberación que se convierta en caos", ha añadido.
El primer ministro iraquí, Haider al Abadi, expresó a finales de 2015 que albergaba esperanzas de que se produjera este año una "victoria final" frente al Estado Islámico. El Ejército, las fuerzas antiterroristas y los grupos paramilitares chiíes respaldados por los ataques aéreos efectuados por la coalición liderada por Estados Unidos se encuentran también inmersos en una operación para recuperar la ciudad de Faluya.