WASHINGTON, 6 Nov. (EUROPA PRESS) -
Perfil Hillary Clinton
"Señoras y señores, me presento para ser presidente de Estados Unidos y vamos a hacer que nuestro país vuelva a ser grande de nuevo". Con estas palabras, el 16 de junio de 2015 el magnate Donald Trump daba un paso adelante y anunciaba que quería ser el candidato del Partido Republicano a la Casa Blanca.
El anuncio no fue una sorpresa, ya que el multimillonario había acariciado y barajado la posibilidad de ser presidente en anteriores elecciones, sin embargo fueron pocos los que creyeron entonces de que tenía posibilidades reales de hacerse con la candidatura, ya que había otros rivales con experiencia política que parecían tener un perfil más adecuado.
Así, el mismo día del anuncio, el 'New York Times' ya afirmaba que era "improbable" que se alzara con la victoria en las primarias republicanas y consideraba como una "perspectiva remota" que el partido pudiera elegir a "un magnate inmobiliario que ha publicado libros con títulos como 'Piensa como un multimillonario' y 'El toque de Midas: por qué algunos empresarios se hacen ricos y la mayoría no'".
Para muchos, Trump no era más que un rico empresario conocido entre los ciudadanos por su 'reality show' en la cadena NBC 'El aprendiz', sin ningún tipo de experiencia en cargos políticos de ningún rango y que, por tanto, no tenía nada que hacer frente a rivales como el exgobernador de Florida Jeb Bush o los senadores Ted Cruz y Marco Rubio, entre otros.
Sin embargo, a golpe de declaraciones no siempre políticamente correctas y con su omnipresencia en los medios de comunicación, Trump logró pronto situarse en cabeza en las encuestas frente a sus rivales, sellando además buenas intervenciones en los distintos debates televisivos entre ellos.
RECHAZO DEL 'ESTABLISHMENT' REPUBLICANO
Aun así, todavía eran muchos los que creían que se desinflaría poco a poco, por lo que en el Partido Republicano, aunque el 'establishmet' veía a Trump con suspicacia y no era de su agrado, no reaccionaron a tiempo para frenarle y cuando quisieron hacerlo era demasiado tarde.
Trump llegó al inicio de las primarias republicanas el 1 de febrero como claro favorito y no defraudó, empezando a cosechar victorias. La mayoría de sus rivales fueron tirando la toalla en las primeras semanas, tras constatar sus escasas opciones de victoria.
El 4 de mayo, los dos últimos supervivientes cedían ante lo evidente: Trump era imparable e iba directo a alzarse con la candidatura. El dia 26 de ese mes, el multimillonario conseguía la cifra mágica de 1.237 delegados necesaria para garantizarse la nominación en la convención del partido en Cleveland.
Atrás quedaron algunos tímidos intentos en las filas republicanas de buscar alguna opción que permitiera evitar su designación, pese a que son muchos los dirigentes del partido que consideraban que Trump no estaba a la altura de representarles o no compartían algunas de sus controvertidas propuestas.
De hecho, Trump no ha logrado suscitar excesivas simpatías y en algunos casos ni siquiera ha conservado los apoyos. Pesos pesados como el senador John McCain han retirado el respaldo al magnate tras sus polémicas sexistas, mientras que el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, ha optado por quedarse al margen de la campaña para no contaminar las aspiraciones de los congresistas.
ADMIRACIÓN Y ANIMADVERSIÓN
Lo cierto es que Trump se ha convertido en un candidato capaz de generar admiración y animadversión a partes iguales, a golpe de titulares en los mismos medios que no ha dudado en criticar. Sus comentarios racistas hacia los mexicanos y los hispanos han generado malestar entre esta comunidad, y también en el país vecino, que rechaza de plano su propuesta de construir un muro fronterizo y que México pague la factura.
Asimismo, ha sido muy criticado por sus declaraciones machistas, las más sonadas de ellas aparecidas en un vídeo con fecha de 2005. Entonces, Trump presumía de poder hacer todo lo que quisiera a una mujer por el hecho de ser una "estrella", algo que justificó como una "charla de gimnasio".
También ha tenido que hacer frente en estas últimas semanas a la sucesión de mujeres que han ido saliendo a la palestra para denunciar casos de acoso y tocamientos por parte del magnate. El candidato republicano ha negado veracidad a todas estas informaciones, que considera impulsadas por la campaña de Clinton y medios rivales.
Otra de las grandes polémicas de Trump ha sido su propuesta de prohibir la entrada al país de musulmanes. Planteada tras la matanza de San Bernardino, cometida en diciembre por una pareja de origen paquistaní --aunque el hombre tenía nacionalidad estadounidense--, ha sido el mensaje del magnate que más ha calado en materia de lucha antiterrorista.
Trump, sin embargo, ha evitado pronunciarse sobre esta propuesta recientemente y la ha dejado de lado, hasta el punto de que su potencial 'número dos', el gobernador Mike Pance, la ha matizado en numerosas entrevistas. Pence, de hecho, ha tratado de ser el rostro amable de una candidatura marcada en todo momento por los exabruptos del polémico magnate.
FRENTE A CLINTON
El Partido Demócrata, por su parte, se ha enfrentado a una campaña muy distinta a las anteriores por el imprevisible rival que ha tenido enfrente. El equipo de Clinton ha difundido innumerables desmentidos sobre las argumentaciones y cifras dadas por Trump, pero muchos afean a la exsecretaria de Estado que no haya sabido rematar a un animal que llegó a estar herido de muerte.
Los debates fueron buena muestra de ello. La mayoría de los sondeos dieron como ganadora a Clinton en los tres 'cara a cara' y la aspirante demócrata logró distanciarse en los días posteriores, pero a medida que se han ido acercando las elecciones el margen ha vuelto de nuevo a la horquilla de los dos o tres puntos porcentuales.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha intensificado su presencia en los actos electorales con un mensaje claro: Trump "no sirve" como comandante en jefe. La primera dama, Michelle Obama, ha centrado sus discursos en recordar las polémicas machistas del magnate, con apelaciones constantes al voto femenino.
Trump, sin embargo, tiene entre su principal caladero de votos el amplio número de detractores de Clinton. Según una encuesta divulgada por el Pew Research Center, un 51 por ciento de los republicanos ha admitido que respaldará a su candidato no porque simpatice con él, sino para evitar que Clinton pueda llegar a la Casa Blanca.