Las condiciones actuales en Birmania no son "propicias" para el retorno de los refugiados, advierten las ONG
MADRID, 21 Ago. (EUROPA PRESS) -
Dos años después de que más de 740.000 rohingyas huyeran de Birmania a Bangladesh ante la violenta represión por parte de las autoridades birmanas a una ola de ataques insurgentes, los refugiados siguen necesitando no solo asistencia para sobrevivir sino una solución a largo plazo, que por ahora no pasa con su retorno, advierten 61 ONG que trabajan con ellos en los dos países.
"Los refugiados requieren mucho más que apoyo básico para la supervivencia, necesitan sus derechos, seguridad y dignidad", subrayan ONG como Oxfam, World Vision o el Consejo Noruego para los Refugiados (NRC) entre otros, en su comunicado conjunto.
Aunque muchos de ellos anhelan regresar a Birmania, donde las autoridades no reconocen como ciudadanos a esta minoría musulmana, "temen más violencia y persecución", explican las organizaciones humanitarias, subrayando que las recientes informaciones de un plan de repatriación han generado "ansiedad" entre los refugiados.
En este sentido, los firmantes, entre los que también están Save the Children y numerosas ONG locales, insisten en que "las condiciones actuales no garantizan su seguridad y derechos" de cara a la repatriación ni tampoco disponen de información adecuada para tomar una decisión sobre su retorno voluntario. Además, advierten de que las condiciones actuales en Birmania tampoco son "propicias" para el retorno.
SITUACIÓN EN RAJINE
Así, denuncian que en el estado birmano de Rajine los rohingyas siguen enfrentándose a "graves restricciones de movimiento, así como acceso limitado a educación, sanidad y oportunidades de vida" debido a las "políticas discriminatorias" de Birmania. Según recuerdan, hay unos 128.000 rohingyas desplazados en campos de confinamiento en el centro de Rajine desde 2012.
Aunque desde abril de 2017, el Gobierno birmano ha emprendido "pasos iniciales" para el cierre de estos centros "no ha habido un progreso significativo en la libertad de movimiento o los Derechos Humanos" de los rohingya, a los que no se permite regresar a sus comunidades.
En este sentido, las ONG firmantes apelan al Gobierno birmano, que encabeza Aung San Suu Kyi, a que aborde "las cuestiones fundamentales de igualdad de derechos y garantice que todas las comunidades en Rajine pueden vivir de forma segura, acceder a servicios básicos y buscar oportunidades de subsistencia".
CONDICIONES EXTREMAS EN COX'S BAZAR
En cuanto a la situación en los campos de refugiados de Cox's Bazar, las ONG reconocen que pese a los esfuerzos del Gobierno bangladeshí con el apoyo de la ONU y las organizaciones humanitarias, "las condiciones de vida siguen siendo extremas", especialmente en lo que se refiere a la seguridad.
"La violencia por motivos de género y la restringida libertad de movimientos aumentan los riesgos a que se enfrentan mujeres y niñas", denuncian las ONG, mientras que las personas con discapacidad o enfermedades graves se topan con "barreras a la hora de acceder a servicios básicos".
"Con la financiación en declive y las continuadas restricciones de acceso a los refugiados a educación y medios de vida, lo más probable es que la crisis empeore", alertan las ONG, que subrayan que las comunidades de acogida son las que están soportando "el impacto socioeconómico y medioambiental" de la presencia de los refugiados, lo que está generando "crecientes tensiones por los limitados recursos y servicios".
"La comunidad internacional debe responder y apoyar a Bangladesh para ofrecer una respuesta bien financiada que mejore las condiciones de vida y permita a los refugiados y comunidades de acogida vivir de forma digna", reclaman las 61 organizaciones, que se comprometen a seguir trabajando para ello.
Así las cosas, las organizaciones humanitarias reclaman "la participación significativa de los rohingya en los procesos de toma de decisión sobre su futuro", en particular ahora que Birmania y Bangladesh negocian la repatriación de unos 3.000 refugiados, a los que ACNUR va a consultar si están de acuerdo.
"La comunidad internacional debería asumir su parte de responsabilidad y aumentar su apoyo económico, pero también incrementar sus esfuerzos políticos y diplomáticos para garantizar soluciones duraderas para los rohingya", defiende en este sentido el director del NRC en Bangladesh, Shaun Scales.
"Dos años después de esta crisis, los niños rohingya aún luchan contra los dolorosos recuerdos y se enfrentan un futuro incierto", lamenta por su padre, la directora de respuesta de World Vision en Bangladesh, Rachel Wolff.
"Es nuestro deber proteger a estos jóvenes refugiados de cualquier daño físico adicional, pero también debemos defender sus derechos, tanto en Bangladesh como en Birmania", añade. Hasta que puedan volver de forma segura, digna y voluntaria a sus hogares, "necesitan y merecen más que lo básico para sobrevivir; necesitan una educación formal que les brinde esperanza por un mañana mejor", reclama.