MADRID, 5 Mar. (Por César Lajud, profesor del Departamento de Economía y Relaciones Internacionales de la Universidad Europea) -
Dos años después de la muerte de Hugo Chávez y tras dos años de gestión de Nicolás Maduro, el modelo de desarrollo económico en Venezuela ha sufrido una serie de cambios significativos y ahora se enfrenta a una crisis económica y social, con un nivel de inflación de los más elevados del mundo, con devaluación de su moneda, la reducción de ingresos por la bajada en los precios internacionales del petróleo -- su principal producto de exportación--, la reducción en sus reservas internacionales, el aumento del déficit fiscal, etc.
Todo ello ha provocado, sin duda, una situación muy diferente a la que dejó Chávez. Según la encuestadora Datanálisis, el nivel de aprobación de Maduro ronda el 20 por ciento, el punto más bajo al que se ha llegado en estos 16 años de chavismo. Cabe recordar que Chávez tuvo su nivel más bajo en julio de 2003, con el 31 por ciento de aprobación.
Según algunos estudios de opinión, el chavismo ha ido perdiendo adeptos. Esta pérdida está no solo asociada a la ausencia de Hugo Chávez, sino también a la crisis y evolución negativa de la economía venezolana. De ahí que 2015 se presenta para Venezuela como un año crucial, teniendo en cuenta las elecciones legislativas y el mencionado nivel de popularidad del presidente actual.
Históricamente, parece lejano ese 5 de marzo de 2013, cuando la noticia de la muerte del presidente Chávez conmocionó al país y miles de simpatizantes se lanzaron a las calles manifestando su pesar por la pérdida del líder, que había dirigido los destinos del país durante 14 años.
CRECIENTE DESCONTENTO SOCIAL
Con una situación de la economía cada vez más complicada y un creciente descontento social, el horizonte no se percibe promisorio, lo que podría generar un mayor autoritarismo tras la reciente detención del alcalde mayor de Caracas, Antonio Ledezma, y el carcelamiento de varios líderes opositores.
Así llega Venezuela a las elecciones legislativas de 2015, para las cuales aún no hay fecha, aunque sí están previstos en meses próximos comicios primarios del oficialismo y la oposición.
Dentro de este contexto, la oposición parece más resquebrajada, a diferencia de 2013, donde se presentaron como una unidad, situación que se ve muy lejana para 2015 pese a que de acuerdo a diferentes analistas la probabilidad de triunfo es alta, ya que aventaja al chavismo por más de 20 puntos porcentuales en la intención de voto.
MADURO NO HA CONTINUADO EL LEGADO DE CHÁVEZ
Como podemos observar, la situación del país, tanto económica como política es compleja, y podemos afirmar que el presidente Maduro no ha continuado con el legado del presidente Chávez, por lo que ha ido perdiendo fuerza en la percepción de los venezolanos.
Nicmer Evans, politólogo afín al proceso revolucionario y ahora una de las voces críticas dentro del chavismo, cuestiona muchas de las acciones gubernamentales y los privilegios de los cercanos al poder. Evans, resume a la AFP, al ironizar: "esta lucha ha sido tan fructífera que ambos (oposición y gobierno) han logrado que el grueso de Venezuela no pueda identificarse con ninguno de los líderes que existen".
Chávez ocupó la Presidencia de Venezuela desde 1999 hasta su fallecimiento como resultado de las elecciones del 6 de diciembre de 1998, cuando el 56,24 por ciento de los votantes le eligió como presidente constitucional de la entonces República de Venezuela, y fue reelegido el 30 de julio de 2000, con el 59,5 por ciento de los votos.
Posteriormente, en las elecciones presidenciales del 3 de diciembre de 2006 fue reelegido con más de siete millones de votos (62,84 por ciento) frente al 36,90 por ciento logrado por el candidato de la oposición, Manuel Rosales, quien reconoció el resultado esa misma noche.
En octubre de 2012, Chávez volvió a ganar las elecciones presidenciales, esta vez derrotando con el 55 por ciento de los votos, a Henrique Capriles, gobernador del estado de Miranda y candidato de la coalición opositora.
La historia juzgará con mayor objetividad la trayectoria política del presidente Chávez, ya sin la presión de la inmediatez y con mayor ponderación y rigor sus decisiones. Admirado con delirio y odiado apasionadamente, sin olvidar que dentro de su legado está una economía en crecimiento y sin grandes presiones económicas, de ahí que para muchos analistas sea difícil explicar la actual situación política y social del país, con un complicado e incierto desenlace.