Actualizado: lunes, 15 febrero 2016 17:40


PRAGA, 15 Feb. (Reuters/EP) -

Dos de cada tres checos se oponen a acoger a refugiados que huyen de la guerra, según una encuesta publicada este lunes que indica un aumento de la xenofobia en la región.

El dato supone un incremento con respecto a las cifras registradas el mes pasado por el Centro de Investigación de la Opinión Pública en República Checa, donde un 65 por ciento de los checos se mostraba en contra de acoger a refugiados de guerra --muy por encima del 50 por ciento anotado en septiembre--.

Un 28 por ciento de los encuestados afirmó que únicamente aceptaría cobijar a los solicitantes de asilo hasta el momento en que pudieran regresar a sus países de origen.

El presidente de República Checa, Milos Zeman, ha señalado que la integración de las comunidades musulmanas en un país de 10,5 millones de habitantes es "prácticamente imposible" y ha apodado de "invasión organizada" el flujo de refugiados.

Zeman, criticado por el Gobierno estatal y el Alto Comisionado de Naciones Unidas por los Derechos Humanos por sus recurrentes comentarios xenófobos, ha afirmado que los inmigrantes impondrían en el país la ley de la 'sharia', que permite lapidar a las mujeres por adulterio y cortar las manos a los ladrones.

REUNIÓN EN PRAGA

Los países centroeuropeos han rechazado la política de cuotas para redistribuir a los solicitantes de asilo entre los estados miembro de la Unión Europea. Los primeros ministros de República Checa, Eslovaquia, Hungría y Polonia se reunirán este lunes en Praga para discutir la crisis de refugiados antes de la cumbre entre los líderes comunitarios prevista para finales de semana.

El primer ministro checo, Bohuslav Sobotka, afirmó este domingo que los países --apodados colectivamente como el Grupo de Visegrado-- estaban preparados para ayudar a los países balcánicos a sellar sus fronteras con Grecia para contener el flujo de llegadas, a pesar de las objeciones de Berlín.

Sobotka también confirmó la presencia en el encuentro de Bulgaria y Macedonia y señaló que discutirían los programas con el ministro de Exteriores heleno este martes.

Alemania considera que cerrar las fronteras balcánicas con Grecia podría debilitar su estrategia para alcanzar un acuerdo con Turquía para limitar el flujo migratorio, además de aumentar la presión sobre el país heleno, ya de por sí saturado por el ingente número de llegadas.

A excepción de Hungría, los países del centro de Europa apenas han recibido un número significativo de refugiados, aunque temen que la situación pueda cambiar en caso de aumentar la porosidad de las fronteras exteriores comunitarias, o que Alemania, el principal país de destino, cierre sus puertas.

Más de un millón de refugiados llegaron al continente el año pasado, la mayoría huyendo de los conflictos de Siria, Irak y Afganistán.

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