PARÍS 17 May. (EUROPA PRESS) -
Los datos extraídos de la caja negra que contiene los parámetros de vuelo del avión de Air France que cayó al Atlántico en junio de 2009 podría eximir al fabricante Airbus de cualquier responsabilidad, según publica el diario galo 'Le Figaro'.
Al parecer, la primera evidencia tras la lectura de los datos de vuelo permite concluir que el A330 era "inofensivo", lo que guía a los investigadores hacia un posible error de los pilotos. En el accidente murieron los 228 ocupantes, de 32 nacionalidades diferentes, entre ellos 72 franceses y 59 brasileños.
Según el citado periódico, que cita a fuentes gubernamentales y cercanas a la investigación, los investigadores tratan ahora de determinar qué sucedió en cabina para lo que deben analizar al el contenido de la caja registradora de las conversaciones de los pilotos en las dos últimas horas del vuelo.
En esta línea, avanzó que probablemente este martes podrían conocerse nuevos elementos sobre la responsabilidad del siniestro. No obstante, un portavoz de Air France recordó a 'Le Figaro' que la BEA aún no ha completado el análisis de las dos cajas negras.
Por su parte, la Oficina de Investigaciones y Análisis para la Seguridad Aérea de Aviación Civil (BEA, por sus siglas en francés), encargada de esclarecer las causas del accidente, insistió en que en esta etapa "no se pueden sacar conclusiones".
Al respecto, apuntó que la investigación "no ha hecho más que empezar" y recordó que cualquier información al respecto de los avances en la misma si no ha sido confirmada por la BEA se considera "nula".
EL INFORME PROVISIONAL, NO ANTES DEL VERANO.
Asimismo, la BEA aseguró que los investigadores tendrán que analizar y validar todos los datos extraídos, un proceso "largo y laborioso", por lo que, tal y como anunció, no emitirá un nuevo informe provisional antes del verano.
Este será el tercer informe de la BEA, tras más de dos años de búsqueda de restos del aparato en un área de 10.000 kilómetros a casi 4.000 metros de profundidad bajo el mar, y el análisis de más de 1.000 fragmentos del avión.
Los anteriores informes provisionales de la BEA apuntaban a que la aeronave atravesaba un frente de tormenta minutos antes del accidente y la lectura de los indicadores de velocidad no era la adecuada, por lo que recomendó la sustitución de las sondas de velocidad, conocidas como 'pitot' de la marca Thales, ante las dudas de su fiabilidad a gran altura. Además, el sistema de alerta no funcionó.
Las dos cajas registradoras, de color naranja, llegaron a Francia el pasado jueves conservadas en agua desmineralizada tras su rescate, lo que ha permitido recuperar "íntegramente" todo su contenido. Los investigadores ya advirtieron entonces de que su contenido debe someterse a un análisis "detallado y minucioso" que podría llevar "varias semanas".