MADRID, 13 Mar. (EDIZIONES) -
Al menos 12.000 personas, entre ellos muchos niños y niñas, se encuentran atrapadas en la frontera entre Grecia y Macedonia, en el campamento de acogida de Idomeni, a la espera de poder continuar su viaje hacia el corazón de Europa.
El campamento se ha convertido en un enorme barrizal debido a las lluvias y muchas tienen que dormir al raso por faltan tiendas de campaña adecuadas. Las disputas por la comida o el fuego han provocado, además, algunos enfrentamientos en la zona.
La cadena de tapones en que se ha convertido Grecia tiene su origen en el flujo constante de pateras que continúan llegando a las islas del Egeo procedente de Turquía. Más de 130.000 personas han arribado a Grecia sólo este año, lo que ha contribuido a poner más al límite los ya de por sí limitados recursos de las autoridades griegas.