MADRID 1 Jun. (EUROPA PRESS) -
El envío de remesas a Yemen ha registrado un descenso sin precedentes en los últimos meses como consecuencia del impacto que las medidas adoptadas en todo el mundo para frenar la propagación del coronavirus están teniendo en los migrantes yemeníes, lo que amenaza con dejar a millones de personas en el país sin su principal fuente de ingresos, según ha alertado Oxfam.
El país vive inmerso desde hace cinco años en una guerra civil que ha provocado la mayor crisis humanitaria mundial, con el 80 por ciento de la población necesitada de ayuda humanitaria. A esto ha venido a sumarse la pandemia de coronavirus, en un momento en el que las organizaciones humanitarias están alertando de que no están recibiendo suficientes fondos para cubrir las necesidades.
Las empresas de transferencia de dinero en seis provincias de Yemen han indicado a Oxfam que el envío de remesas ha caído hasta un 80 por ciento entre enero y abril de este año como resultado de que los yemeníes que trabajan en los países del Golfo, así como Estados Unidos o Reino Unido han perdido sus ingresos por los confinamientos y otras medidas.
De acuerdo con las estimaciones del Banco Mundial, una de cada diez personas en Yemen depende de las remesas para cubrir sus necesidades básicas. Solo en 2019, las remesas ascendieron a 3.800 millones de dólares, lo que equivale al 13 por ciento del PIB.
Las remesas son también una importante fuente de divisas que ayudan a estabilizar la maltrecha economía yemení, ha subrayado Oxfam. El Banco Central es el principal órgano de financiación de las importaciones de las que depende el país para garantizar el suministro de alimentos, medicamentos y petróleo.
El rial yemení ya experimentó una fuerte depreciación en 2018, que hizo subir el precio de los alimentos y el combustible por lo que la ONG teme que la caída de las remesas provoque una nueva depreciación en un momento en el que el país se está quedando sin divisas.
El propietario de una de las firmas que ofrecen el servicio en Saada ha contado que las remesas que recibe han pasado de 2.500 en enero a 100 en marzo y abril, una reducción del 96 por ciento. Según sus estimaciones, unas 30.000 personas dependen de este dinero.
Abú Ameer, que vive desplazado por la violencia en Saná, depende de las remesas que le envía su hijo desde Arabia Saudí para mantener a su familia de siete miembros, pero este está sin trabajar desde abril por el confinamiento. "Desde entonces, compro comida a crédito en la tienda y debo dos meses de alquiler. Espero que mi hijo sea capaz de trabajar y enviar dinero pronto para pagar lo que debemos y volver a sentirnos seguros de nuevo", ha comentado a Oxfam.
IMPACTO DEL CORONAVIRUS
Además, Oxfam teme que la cifra real de casos de COVID-19 en el país se muy superior a los 250 contagios confirmados en diez provincias y 49 muertos, dada la escasas capacidad para realizar test y que la mitad de las instalaciones de salud en Yemen no funcionaban antes de la pandemia.
"El coronavirus está cobrándose un terrible peaje en los yemeníes, tanto los que sufren directamente por el virus como los millones golpeados por las consecuencias económicas de la pandemia", ha resaltado el director de Oxfam en Yemen, Muhsin Siddiquey.
"Sin la red de seguridad de las remesas, más yemeníes podrían verse forzados a depender de la ayuda para sobrevivir", ha advertido, subrayando que "la comunidad internacional tiene que asegurarse de que la ayuda vital sigue llegando a quienes más lo necesitan" a pesar del coronavirus.
Por ello, Oxfam ha pedido a la comunidad internacional que garantice fondos tanto para atender la respuesta frente a la COVID-19 como las enormes necesidades humanitarias que ya había en Yemen con motivo de la celebración este martes de una conferencia virtual de donantes.
La ONU pide 2.000 millones de dólares a los donantes para financiar su labor en Yemen hasta finales de 2029. "Si no se garantizan los fondos, programas de ayuda vitales podrían cerrar en semanas", ha advertido Oxfam.