COPENHAGUE, 5 Sep. (Reuters/EP) -
El fabricante y dueño del submarino 'Nautilus' en el que murió la periodista sueca Kim Wall, ha alegado ante el juez que la joven falleció al ser golpeada accidentalmente por la escotilla y no por un acto deliberado, a pesar de que el cuerpo fue hallado mutilado.
Peter Madsen, de 46 años, niega ser el responsable de la muerte de Wall, que había acudido a entrevistarle. En este sentido, ha explicado en una comparecencia en el tribunal que la periodista sufrió un fuerte golpe en la cabeza cuando navegaban en agosto por el estrecho que separa Dinamarca y Suecia.
Las autoridades han acusado a Madsen de la muerte, por lo que en caso de ser declarado culpable podría ser condenado a una pena de entre cinco años y cadena perpetua. Por el momento, el tribunal ha ordenado que el detenido sea sometido a una evaluación psiquiátrica y que permanezca bajo custodia cuatro semanas más.
Madsen ha explicado que el supuesto accidente se produjo cuando el submarino se encontraba en la superficie y él ya había salido. Wall en principio le seguía, pero en ese momento la ola provocada por otra embarcación le hizo perder pie y "la escotilla se cerró". La periodista cayó inete y había "una piscina de sangre", según este testimonio.
El hallazgo del cuerpo mutilado de Wall siembra de dudas la versión del accidente, pero Madsen ha alegado en su declaración que él arrojó al mar el cadáver íntegro horas después del siniestro: "No tuve contacto con el cuerpo y no quería un cadáver en mi submarino".
Asimismo, ha alegado que realizó todo el operativo emocionado y que incluso se planteó suicidarse, pero que cambió de idea porque quería ver a su mujer y a sus gatos. Antes, no obstante, hundió de forma deliberada el submarino que él mismo había creado, lo que llevó a que fuese rescatado por los servicios de emergencia.