Los unionistas norirlandeses quieren un Brexit duro, pero no en materia de frontera con la República de Irlanda
LONDRES, 9 Jun. (EUROPA PRESS) -
La dependencia del nuevo gobierno británico del Partido Unionista Democrático (DUP, en sus siglas en inglés) ha puesto el foco sobre los unionistas de Irlanda del Norte, una formación marcadamente conservadora que deberá combinar la consecución de una fórmula de apoyo y colaboración con los 'tories' en Westminster, con la formación de un ejecutivo en el Ulster, tras el bloqueo político que permanece tras las elecciones, también anticipadas, celebradas en la provincia en marzo.
La primera ministra, Theresa May, se ha esforzado en elogiar a sus "amigos y aliados" del DUP en su única comparecencia pública tras perder la mayoría absoluta en las generales de ayer, consciente de que su supervivencia política más inmediata depende de los diez diputados que los unionistas han recabado en la Cámara de los Comunes, dos más que en 2015.
El apoyo, sin embargo, no le saldrá gratis y la líder del DUP, Arlene Foster, ha aclarado ya que el partido "entrará en conversaciones con los conservadores", lo que descarta la existencia de un acuerdo cerrado. "Exploraremos cómo puede ser posible generar estabilidad para nuestro país es estos tiempos de grandes desafíos", ha declarado en una intervención en la que ha medido altamente sus palabras.
Aunque May había dado el respaldo por hecho y ha comunicado ya a la Reina Isabel II su deseo de formar un ejecutivo en minoría, sustentado por el oxígeno del DUP ante los ocho escaños que le faltan para la hegemonía parlamentaria, fuentes del DUP insisten en que es "prematuro" hablar de pacto y se limitan a reconocer la existencia de conversaciones.
INCÓGNITAS
En consecuencia, las incógnitas permanecen acerca de qué fórmula elegirán para garantizar la "certidumbre" que la 'premier' invocó reiteradamente durante su intervención en Downing Street a su regreso del Palacio de Buckingham, especialmente después de que Foster hubiese considerado difícil la continuidad de May, cuya apuesta por el adelanto electoral ha resultado un fracaso personal.
Una de las prioridades del DUP será un arreglo conveniente en materia de Brexit. Aunque constituye una de las formaciones británicas más euroescépticas, solo superada por el UKIP, los unionistas no desean que la frontera con la República de Irlanda regrese a las fórmulas del pasado, con puntos de controles fronterizos y pautas que recuerden a los oscuros años del IRA.
La paradoja de su posición en torno a la salida comunitaria es que, aunque quieren fluidez de movimiento en materia de fronteras, apuestan por un 'Brexit duro', con el abandono de la unión aduanera y la preferencia por tratados de libre comercio con el resto del mundo, dos aspiraciones con las que coinciden con los conservadores. El problema es que ambos tienen por aclarar qué sistema planean para materializar sus ambiciones en la materia.
Una de las cuestiones en las que May tendrá que hilar fino es en el concepto de la unión. El Parlamento británico ha recogido en sus recomendaciones para el Brexit que, si se dan las circunstancias, sería posible admitir un referéndum para una potencial unificación de la isla de Irlanda, pero el DUP no aceptaría nunca un punto de partida que abriese la puerta a la separación de Reino Unido.
ANTI-LABORISMO
A su favor, la primera ministra británica tiene la inquina, rozando con la fobia, que los unionistas sienten hacia sus rivales laboristas por contar con un líder, Jeremy Corbyn, al que no perdonan su polémica connivencia con la causa del IRA y su supuesta suavidad en materia de seguridad.
En contra de la 'premier', el DUP podría aprovechar su privilegiada posición para recabar concesiones del Gobierno británico, del que podrían demandar una mayor inversión en el Úlster, así como el compromiso de suplir los fondos comunitarios que se pierdan una vez Reino Unido haya sesgado lazos con Bruselas.
En relación a su estilo, los conservadores pueden prepararse para un sentido de unidad casi militar. Frente a las luchas cainitas que han arrastrado a los 'tories' durante décadas, el DUP actúa como una engrasada entidad individual. De esta manera, la decena de diputados de los que May dependerá vitalmente en Westminster ejercerán como uno, lo que debería facilitar la promoción de consensos.