MADRID 13 Oct. (EUROPA PRESS) -
El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, ha asegurado este jueves que "humillaría" a Naciones Unidas, la Unión Europea y Estados Unidos en un debate sobre Derechos Humanos, en respuesta a las críticas internacionales por su guerra contra las drogas.
Duterte ha revelado que ha enviado cartas al presidente y al secretario de Estado de Estados Unidos, Barack Obama y John Kerry, respectivamente, así como a líderes de la ONU y la UE, para invitarles a Filipinas y probar las supuestas ejecuciones extrajudiciales cometidas en la ofensiva contra el 'narco' lanzada por su Gobierno.
"Venid aquí e investigadme. Pero dadme también el derecho a ser escuchado para que pueda preguntaros", ha dicho el líder asiático, prometiendo "entretenimiento" a los filipinos en este hipotético debate, según informa la cadena local ABS-CBN.
"He sido abogado durante años. Jugaré con ellos en público. Estarán en mis manos. Les haré cinco preguntas que les humillarán y haré otras diez en las que estaréis de acuerdo conmigo", ha confiado, desde un foro empresarial.
Duterte ha insistido en la idea de que, aunque Filipinas "es un país pequeño" se hará respetar frente a las grandes potencias. "Puede que tengáis dinero, pero aquí tenemos cerebro (...) Estoy seguro de que nunca podrán ser tan brillantes como yo", ha espetado.
Sobre la guerra contra las drogas, ha negado nuevamente las acusaciones sobre los abusos de las fuerzas de seguridad. "La tortura es algo odioso", ha afirmado. "Si quieres matar a alguien, lo mejor es un solo disparo. Elije: a la cabeza o al corazón", ha defendido.
Así, ha reiterado que mantendrá la estrategia antidrogas "hasta que el último capo y el último camello estén fuera de las calles". "No permitiré que mi país o la próxima generación se vean comprometidos", ha enfatizado.
Duterte, de 71 años, llegó al poder en las elecciones de mayo con la prioridad de combatir el narcotráfico. Desde el inicio de la guerra contra las drogas, un mes después, cerca de 2.300 personas han muerto, según datos de la Policía filipina.
Las organizaciones de defensa de los Derechos Humanos han denunciado de que las fuerzas de seguridad han llevado a cabo ejecuciones extrajudiciales, algo que Duterte, que goza de la confianza del 86 por ciento de los filipinos, ha negado.