El Gobierno se apresura a matizar que el diálogo prosigue aunque está paralizado
MADRID, 21 Jul. (EUROPA PRESS) -
El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, ha declarado que ya no está interesado en continuar con las conversaciones de paz con los rebeldes maoistas y ha informado que planea perseguir a los insurgentes del Nuevo Ejército del Pueblo (NPA, por sus siglas en inglés), brazo armado del Partido Comunista de Filipinas (CPP), una vez que los militares retomen el control en Marawi.
"No quiero hablar de paz", ha dicho este jueves por la noche Duterte, vestido de militar, en una visita de cuatro horas a un cuartel de la brigada del Ejército situado a unos dos kilómetros del área sitiada, durante la cual se escucharon disparos y bombardeos, según declaraciones recogidas por ABS-CBN.
La celebración de las negociaciones estaba prevista para este fin de semana en Países Bajos, sin embargo este miércoles el Gobierno de Filipinas canceló el encuentro con los rebeldes maoístas después del ataque perpetrado contra la Guardia Presidencial de Filipinas en un puesto de control en la localidad de Arakan, situada en la isla de Mindanao (sur), en el que murió un miembro del cuerpo y otros seis seis resultaron heridos.
"Hay un resurgimiento en las actividades comunistas", ha recalcado Duterte, quien ha dicho que los rebeldes maoístas serán reorientados y perseguidos y ha asegurado que habían aprovechado la crisis generada por los miembros del grupo Maute --vinculado al grupo terrorista Estado Islámico--, que entraron en Marawi en un aparente intento por esconder al líder de Abú Sayyaf, Isnilon Hapilon, designado por Estado Islámico como 'emir' del grupo en el país asiático.
Sin embargo, el portavoz de la Presidencia filipinas, Ernesto Abella, ha matizado que las conversaciones con los rebeldes no están formalmente acabadas. "Todo está a la espera de que acordemos unas condiciones favorables. Hasta este momento no hay ninguna", ha hecho saber en declaraciones recogidas por ABS-CBN.
Duterte reclamó el martes al Congreso que prorrogara la ley marcial, impuesta en la isla de Mindanao el 23 de mayo, hasta final de año. Durante el asedio de casi dos meses de duración han muerto al menos 45 civiles, más de 420 militantes y casi 100 soldados.
El secretario de Defensa del país, Delfin Lorenzana, ha dicho que apoyaba la cancelación de las conversaciones hasta que se detuvieran los ataques supuestamente perpetrados por los rebeldes.
"Todos estamos por la paz", ha declarado en un comunicado este viernes. "Pero sólo se puede hablar de paz cuando ambas partes hacen lo que dicen", ha añadido. Lorenzana ha reconocido que cuestiona "la sinceridad, la integridad y los motivos del otro lado".