MANILA 13 Oct. (Reuters/EP) -
El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, ha ordenado este jueves la creación de una comisión gubernamental para proteger a los periodistas e investigar los ataques que se han producido en los últimos meses contra medios de comunicación, ya que Filipinas es uno de los países más peligrosos del mundo para la prensa.
De acuerdo con la orden emitida este jueves, se establecerá una unidad especial formada por ministros del Gobierno, altos cargos policiales y magistrados para crear un inventario con los casos más destacados de ataques contra la prensa antes de que comiencen las investigaciones, según ha explicado este jueves el secretario de Comunicaciones Presidenciales, Martin Andanar.
Filipinas es uno de los países asiáticos donde hay más libertad de prensa, pero la violencia contra los periodistas es una práctica muy común y la mayor parte de las investigaciones que se realizan sobre estos casos acaban siendo desestimadas debido a la falta de pruebas.
"El motivo por el que el presidente quería emitir estar orden administrativa es, en primer lugar, porque se preocupa por vosotros, por nosotros", ha declarado Andanar en una rueda de prensa. "Y porque cree firmemente en la libertad de prensa", ha añadido.
La orden, que fue firmada por Duterte el pasado martes, incluye la formación de un panel de expertos para supervisar las investigaciones y para recoger información de fuentes no gubernamentales, como grupos de Derechos Humanos y medios de comunicación independientes. De acuerdo con Andanar, el panel también proporcionará vigilancia a los periodistas en peligro y les proporcionará protección.
Decenas de periodistas han muerto en Filipinas en las últimas tres décadas, en su mayoría locutores de radio locales, que han sido asesinados por hacer cobertura de asuntos polémicos de la política provincial. De las 57 personas que perdieron la vida en una masacre en 2009 en la provincia meridional de Maguindanao, 31 eran periodistas.
El Comité para la Protección de los Periodistas ha situado a Filipinas en el cuarto puesto de su índice de impunidad, que analiza el número de casos de muertes de periodistas cuyos autores nunca llegan a ser procesados.