MANILA, 14 Nov. (Reuters/EP) -
El fin de la cumbre de Asia Oriental ha vivido una disputa entre el presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, y el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, a cuenta de la situación en materia de Derechos Humanos que vive Filipinas como consecuencia de la guerra contra las drogas que mantiene el mandatario filipino.
"Solo contesto a los filipinos. No responderé a ninguna otra mierda, especialmente extranjera", ha indicado Duterte este martes, sin referirse directamente a Trudeau, en la tradicional rueda de prensa que ofrece el país anfitrión de la cumbre, quien además ha considerado las críticas como un insulto personal y oficial.
Por su parte, Trudeau, pese a haber denunciado que se producen asesinatos extrajudiciales en Filipinas, ha indicado que Duterte se ha mostrado receptivo a sus comentarios en la reunión que ambos han mantenido y ha afirmado que durante este encuentro se ha producido un intercambio de mensajes cordial y positivo.
El Gobierno filipino ha asegurado que la Policía solo comete estos asesinatos para defenderse a sí misma durante las redadas antidrogas, aunque sus críticos han dicho que las ejecuciones se producen sin que se rindan cuentas.
Varios grupos de activistas a favor de los Derechos Humanos esperaban también que otros líderes de los participantes en esta cumbre se pronunciaran sobre la política contra las drogas que se practica en Filipinas.
Sin embargo el resto de mandatarios, entre los que se incluye el presidente de Estados Unidos Donald Trump, no han hecho mención a la situación que se vive en Filipinas en materia de Derechos Humanos. De hecho, Trump ha señalado que los dirigentes de ambos países tienen una "buena relación". En un comunicado conjunto los dos estados han recalcado la importancia de los Derechos Humanos y de la dignidad humana como algo esencial y que continuarán incorporando la agenda de Derechos Humanos en sus políticas nacionales.
Por el contrario, durante el mandato de Barack Obama, Duterte declaró la ruptura de los lazos con Estados Unidos, los cuales se habían mantenido desde la Segunda Guerra Mundial, debido a las críticas de la Administración norteamericana a la política de guerra contra la droga de Filipinas.
En la cumbre celebrada en Manila han participado los miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) además de China, India, Australia, Nueva Zelanda, Japón, Canadá, Estados Unidos, Rusia y Corea del Sur.