QUITO, 31 Mar. (EUROPA PRESS) -
El Gobierno de Ecuador ha hecho un llamamiento al Gobierno y a la oposición de Venezuela a reanudar el diálogo para "encauzar" la situación, después de que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) haya arrebatado al Parlamento sus poderes, algo que los críticos con Nicolás Maduro han calificado de "golpe de Estado".
"Ante los hechos suscitados en los últimos días en la Venezuela, que evidencian una profunda fractura entre el Gobierno y la oposición y un 'impasse' entre poderes del Estado, el Gobierno del Ecuador reitera su posición a favor del diálogo", ha dicho el Ministerio de Exteriores.
El Ejecutivo de Rafael Correa, uno de los pocos aliados regionales que le quedan a Maduro, ha alentado a las partes a "encauzar la situación a través del mecanismo de diálogo auspiciado por la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR)".
El diálogo quedó suspendido a principio de año por las denuncias mutuas de incumplimiento. La oposición reclama al Gobierno que libere a los "presos políticos", elabore un nuevo calendario electoral y permita la entrada de ayuda internacional para mitigar la "crisis humanitaria".
Además, las autoridades ecuatorianas han rechazado "cualquier intento de desestabilización en Venezuela promovido desde instancias internacionales", haciéndose eco de las palabras de Caracas, que denuncia una "arremetida" de la "derecha" regional.
EN "DESACATO"
El TSJ ha ratificado esta semana el "desacato" de la Asamblea Nacional y, en consecuencia, ha advertido a los diputados de que carecen de inmunidad y ha asumido las competencias que constitucionalmente corresponden a la sede legislativa.
La mayoría de los países de la región y la Organización de Estados Americanos (OEA) han expresado su preocupación por lo que consideran una vulneración de los principios democráticos. El secretario general de la OEA, Luis Almagro, ha pedido una reunión "urgente" del Consejo Permanente para valorar la suspensión de Venezuela como país miembro.
El Gobierno de Maduro se ha limitado a emitir un comunicado en el que denuncia una "arremetida" de "la derecha intolerante y pro imperialista dirigida" por Estados Unidos para "atentar contra el Estado de Derecho" a través de "falsedades e ignominias".