La consulta popular simboliza la ruptura entre Moreno y Correa, que gobernaron juntos durante casi una década
MADRID, 3 Feb. (EUROPA PRESS) -
Ecuador celebra este domingo un polémico referéndum que ha tomado el cariz de un plebiscito sobre el apoyo al actual mandatario, Lenín Moreno, y su antecesor, Rafael Correa, tras la consumación del divorcio entre quienes fueron presidente y vicepresidente de la nación andina durante casi diez años y que ahora rivalizan por el poder.
Más de trece millones de ecuatorianos, a los que se suman 176.207 desde España, deberán responder este 4 de febrero a siete preguntas muy diversas que mezclan temas sociales, económicos y políticos y que, en general, suponen una enmienda total a la era Correa.
La más controvertida es la que propone enmendar la Constitución "para que todas las autoridades de elección popular puedan ser reelectas por una sola vez para el mismo cargo, (...) dejando sin efecto la reelección indefinida", cuya aprobación impulsó el propio Correa en 2015.
"Debe haber alternabilidad", ha defendido Moreno. "El poder, lastimosamente, es una droga que embriaga en exceso a la gente y hace que desee tener cada vez más y que se vuelvan más autoritarios, más confrontadores, más corruptos", mientras el pueblo se convierte en un "borrego", ha argumentado.
El Gobierno ha asegurado que no tiene "una dedicatoria especial". Sin embargo, todos han leído en ella el deseo de Moreno de impedir que Correa, una figura aún muy popular en Ecuador, vuelva al Palacio de Carondelet tras un paréntesis de tan solo cuatro años.
Correa no tiene duda alguna: "Obviamente que es contra mí". El ex presidente sostiene que, de triunfar el 'sí', el Ejecutivo aplicará de forma retroactiva esta enmienda constitucional "para que se cuente la reelección de 2008 y no pueda participar" nunca más en unas elecciones presidenciales.
La cuestión de la retroactividad, que el Gobierno no ha querido aclarar, es clave también en la pregunta que propone otra enmienda constitucional "para que se sancione a toda persona condenada por actos de corrupción con su inhabilitación para participar en la vida política y con la pérdida de sus bienes".
Este interrogante está considerado un ataque directo al círculo de confianza de Correa porque su antiguo ministro --y ya ex vicepresidente de Moreno-- Jorge Glas fue condenado el pasado 13 de diciembre a seis años de cárcel por aceptar sobornos de la constructora brasileña Odebrecht, cuyos tentáculos alcanzan a toda la región.
"Está claro que se dirige contra Glas y contra todos los que están implicados en los temas de corrupción", ha indicado a Europa Press la experta en América Latina del CIDOB, Anna Ayuso. "Parece ser que Glas era el instrumento de la corrupción" en el Gobierno Correa y "al tocarlo se ha tocado a Correa", ha señalado.
Aunque más oculta, la tercera pregunta, que propone "reestructurar" el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, "dar por terminado el período constitucional de sus actuales miembros" y ampliar sus facultades para que pueda evaluar y cesar a las autoridades que designa, es igualmente una afrenta al 'correísmo'.
Este Consejo se creó con la reforma constitucional impulsada en 2008 por Correa como un nuevo poder del Estado porque se encarga de nombrar a los más altos cargos --fiscal, procurador y contralor generales, defensor del pueblo y magistrados del Tribunal Constitucional, entre otros--.
El ex ministro y aliado de Correa Ricardo Patiño ha alertado de que Moreno pretende "absorber todas las funciones del Estado". Si hasta este momento el Consejo solo podía nombrar a la cúpula del país, ahora además cada una de las personas que la conforman deberá pasar su examen para conservar el puesto.
LA PARTE INOCUA
Las otras cuatro preguntas representan la cara amable del referéndum porque --al menos 'a priori'-- no tienen ramificaciones políticas tan profundas.
La más inofensiva es la que sugiere "enmendar la Constitución para que nunca prescriban los delitos sexuales en contra de niños y adolescentes", en un país y una región donde los abusos sexuales a menores, incluso dentro del hogar, están muy extendidos y gozan de cierta impunidad.
Las demás, ha contado Ayuso, "son un guiño de Moreno a todos aquellos sectores a los que se enfrentó Correa" y que ahora intenta ganarse "para reforzar su propia figura" porque, tras ser el eterno vicepresidente del líder izquierdista, "de alguna manera es deudor de su apoyo".
Así, por ejemplo, una pregunta propone derogar la llamada Ley de la Plusvalía "para evitar la especulación sobre el valor de las tierras y la fijación de tributos", en los que sería un intento de Moreno de reconciliarse con la clase media ecuatoriana, ha comentado Ayuso.
Las dos restantes abogan por aumentar "la zona intangible" del Parque Nacional Yasuní, que Correa abrió a la explotación petrolera, y "prohibir sin excepción la minería metálica en áreas protegidas, zonas intangibles y centros urbanos", para meterse en el bolsillo a las comunidades indígenas, que terminaron dando la espalda a Correa, ha apostillado la experta.
LA MISMA MEDICINA
Más allá del contenido, la consulta popular ha sido criticada por Correa y los suyos porque, según dicen, se gestó de manera "ilegal". Moreno se saltó al Tribunal Constitucional, alegando que tardaba demasiado en dar el visto bueno a las preguntas, y ordenó por decreto al Consejo Nacional Electoral convocar el referéndum.
"Estamos enfrentando un golpe de Estado", dijo Correa. "Se quiere convocar directamente a una consulta popular haciendo tabla rasa del informe de la Corte Constitucional, que es obligatorio", explicaba a la prensa extranjera en Quito.
Moreno, por su parte, ha defendido "el derecho de los ecuatorianos a ejercer democráticamente el derecho a decidir" sobre asuntos fundamentales de la vida del país, como ya hizo varias veces durante su mandato el propio Correa sobre un amplio abanico de temas.
"Lo que está haciendo Moreno es darle un poco de su propia medicina, esto es, utilizar los referendos como plebiscitos para reforzarse" a través de "preguntas típicamente populistas". "Es exactamente lo mismo que hacía Correa", ha recordado la investigadora del 'think tank' español.
MORENO VS CORREA
Y parece que Moreno repetirá el éxito de su predecesor en las urnas. Todos los sondeos pronostican una cómoda victoria del 'sí' en las siete preguntas con en torno a un 70 por ciento de apoyo, casualmente (o no) el mismo con el que cuenta el propio presidente, lo que evidencia el carácter plebiscitario del referéndum.
Pese a su popularidad, Moreno, que llegó a la Presidencia el pasado 24 de mayo con el respaldo explícito de Correa y valiéndose de los éxitos de su 'Revolución Ciudadana', necesita reivindicarse como líder político y ganar con los votos la autonomía necesaria para desvincularse de la herencia envenenada.
"Moreno es muy consciente de que la situación económica de Ecuador es insostenible y lo que hizo fue buscar el acuerdo con la oposición para hacer las reformas que son necesarias y que Correa evitó" en la recta final de su mandato, ha indicado Ayuso.
Eso propició un distanciamiento inicial que con el paso de los meses se ha transformado en un choque frontal que ha llevado a Correa y a sus fieles a romper con Alianza PAIS, el partido que él mismo fundó, para crear otro --Revolución Ciudadana--, con el que hacer oposición al nuevo Gobierno.
Si el 'sí' se impone, como parece que será, Moreno tendrá vía libre para construir "el nuevo Ecuador" que ha concebido, pero, de una forma u otra, ya sea como candidato o mero líder, el ex presidente seguirá acechando para volver como "el rescatador del país", ha vaticinado Ayuso. "Acabaremos con la contrarrevolución", ha prometido Correa.