WASHINGTON 14 May. (Reuters/EP) -
Estados Unidos está cada vez más preocupado por la posibilidad de que Venezuela sufra un colapso político y económico, debido a los temores de un impago de la deuda, a las crecientes protestas callejeras y al deterioro de su vital sector petrolero, según han indicado este viernes altos cargos de inteligencia de Washington.
En una sombría evaluación de la crisis de Venezuela, altos cargos estadounidenses han expresado sus dudas sobre si el presidente, Nicolás Maduro, permitirá que se realice un referéndum revocatorio este año, a pesar de las protestas lideradas por la oposición que exigen una votación para decidir si el mandatario sigue en el poder.
En una rueda de prensa con un pequeño grupo de periodistas en Washington, los dos funcionarios anticiparon que es poco probable que Maduro, quien encabeza al Gobierno más abiertamente antagónico a Estados Unidos en Sudamérica y a un importante proveedor de petróleo del país, pueda completar su mandato, que concluye después de las elecciones de 2018.
Aseguraron que un escenario "plausible" sería que el propio partido de Maduro o figuras políticas poderosas lo obliguen a dejar el cargo y no descartan la opción de un golpe de Estado militar. Sin embargo, agregaron que no existen pruebas de una trama activa ni de que haya perdido el respaldo de los generales del país.
Estos altos cargos parecieron reconocer que Washington tiene escasa influencia en la forma en que se desarrolla la situación en Venezuela, donde cualquier rol de Estados Unidos genera acusaciones del Gobierno sobre conspiraciones. El Gobierno del presidente, Barack Obama, prefiere, en su lugar, esfuerzos regionales para evitar que el país entre en caos.
REFERÉNDUM REVOCATORIO
Maduro ha prometido que no lo sacarán del poder antes de que expire su mandato y acusa a la oposición de querer defenestrarlo para destruir el legado socialista de su predecesor, el fallecido Hugo Chávez. Washington ha tenido una relación áspera con Caracas durante años, especialmente después de que Estados Unidos apoyara un breve golpe de Estado contra Chávez en 2002.
Los altos cargos estadounidenses han insistido en que su país no está contra el Gobierno venezolano, sino que sólo quieren que se resuelva la crisis.
Además han citado el riesgo de una moratoria de la deuda de Venezuela. El Gobierno de Maduro ha pagado sus bonos de manera consistente y oportuna y ha criticado los temores del mercado sobre una cesación de pagos, a los que considera como una campaña de desprestigio internacional.
Los bajos precios del petróleo y la crisis económica en Venezuela han generado preocupaciones sobre si la petrolera estatal PDVSA podrá pagar los cerca de 5.000 millones de dólares en deuda que vencen antes de fin de año.