MADRID 4 May. (EUROPA PRESS) -
El portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Matthew Miller, ha "condenado enérgicamente" el ataque desde posiciones de las Fuerzas de Defensa de Ruanda (RDF) y la milicia Movimiento 23 de Marzo (M23) que ha dejado este viernes al menos nueve muertos y 33 heridos en el campamento de desplazados de Mugunga, en el este de República Democrática del Congo (RDC).
Miller ha lamentado que "muchas" de las víctimas de este ataque han sido mujeres y niños y ha evidenciado la grave preocupación del Gobierno estadounidense ante "la reciente expansión de las RDF y el M23 en el este RDC, que ha contribuido al desplazamiento de más de 2,5 millones de personas".
En este sentido, el portavoz ha hecho un llamamiento a ambas partes instándoles a respetar los Derechos Humanos y a cumplir "las obligaciones aplicables en virtud del Derecho Internacional Humanitario", así como a "tomar medidas para reducir las tensiones, evitar poner en peligro a las poblaciones civiles y participar de manera constructiva en el diálogo para crear condiciones para una solución negociada y una paz duradera".
"Es esencial que todos los Estados respeten la soberanía y la integridad territorial de los demás y responsabilicen a todos los actores por los abusos contra los Derechos Humanos en el conflicto en el este de República Democrática del Congo", ha sentenciado el funcionario estadounidense, reiterando el compromiso de EEUU con "los esfuerzos diplomáticos regionales".
Este pronunciamiento llega en un momento en el que los enfrentamientos entre el M23 y el Ejército congoleño están cada vez más cerca de Goma y sus campos de desplazados, donde han muerto nueve civiles en las últimas horas por el impacto de un bombardeo, según las autoridades locales.
El M23 es un grupo rebelde formado principalmente por tutsis congoleños y que opera principalmente en la provincia de Kivu Norte. Tras un conflicto entre 2012 y 2013, RDC y el grupo firmaron en diciembre un acuerdo de paz. En dichos combates, el Ejército congoleño contó con apoyo de tropas de Naciones Unidas.
El grupo lanzó una nueva ofensiva en octubre de 2022, recrudecida a partir de noviembre, lo que causó una crisis diplomática entre RDC y Ruanda por su papel en el conflicto y ha provocado preocupación en la región ante la posibilidad de que estalle un conflicto entre ambos países.