MADRID 18 Jun. (EUROPA PRESS) -
El portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Matthew Miller, ha condenado este lunes las "irresponsables acciones" de la Guardia Costera de China tras el último incidente con un buque perteneciente a Filipinas en el que ambas partes se han acusado de provocar una colisión entre los barcos.
"Estados Unidos apoya a su aliado Filipinas y condena las acciones irresponsables y de escalada de la República Popular China (RPC) para impedir que Filipinas entregue legalmente suministros humanitarios a los miembros del servicio estacionados en el (buque encallado) 'BRP Sierra Madre'", ha asegurado Miller en un comunicado.
Tras ello, ha recordado que el pasado 19 de mayo los guardacostas chinos hostigaron a los militares filipinos que estaban siendo evacuados por motivos médicos, momento en el que se "apoderaron ilegalmente" de las provisiones lanzadas de forma aérea.
Miller también ha criticado el uso de cañones de agua, la realización de embestidas, maniobras de bloqueo y de remolque contra los barcos filipinos por "poner en peligro" la vida de los filipinos y por amenazar "la paz y la estabilidad" regionales".
"Las acciones de Pekín reflejan un desprecio constante por la seguridad de los filipinos y por el Derecho Internacional en el mar de China Meridional", ha añadido, tras lo que ha expresado que China no tiene ninguna reivindicación marítima legítima en estas aguas disputadas del atolón Second Thomas, según un dictamen del Tribunal Permanente de Arbitraje de La Haya en 2016.
Por último, ha asegurado que el tratado de defensa mutua entre Estados Unidos y Filipinas incluye los ataques armados contra las Fuerzas Armadas, buques públicos y aeronaves filipinas en el mar de China Meridional.
China reclama la mayor parte de las aguas de la zona por considerar que son parte de su territorio al figurar dentro de la llamada "línea de los nueve puntos" que aparece en los mapas del gigante asiático --una línea trazada por el Gobierno chino que reclama como suyo el mar de China Meridional, incluidas las islas Paracelso y Spratly--.
Las relaciones entre China y Filipinas han sufrido un aumento de la tensión durante los últimos meses. Manila ha acusado a Pekín de obstaculizar sus misiones de desabastecimiento de tropas dentro de lo que considera como su zona económica exclusiva, mientras que China insiste en que los buques filipinos transitan estas aguas de forma ilegal.
Filipinas, por orden de su presidente, Ferdinand Marcos Jr., ha rechazado las reclamaciones de China sobre este mar y sus recursos, al tiempo que ha reforzado los vínculos de defensa con Estados Unidos. Su Gobierno ha manifestado su determinación de explorar las aguas en busca de recursos energéticos, envalentonado por una victoria legal en 2016 --ante el Tribunal Permanente de Arbitraje de La Haya-- que rechazaba las reclamaciones de Pekín.