MADRID, 28 Abr. (EUROPA PRESS) -
Los costes del despliegue del Terminal de Defensa para Zonas de Alta Altitud (THAAD, por sus siglas en inglés), un avanzado sistema de defensa antimisiles que están estableciendo en suelo surcoreano los Ejércitos de Corea del Sur y de Estados Unidos, ha provocado que los dos Gobiernos se exijan mutuamente el pago de los mismos.
En una entrevista concedida a Reuters, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha indicado que quiere que sea Seúl quien asuma los costes del sistema, estimados en unos 1.000 millones de dólares (unos 920 millones de euros).
No obstante, el Ministerio de Defensa surcoreano ha dejado claro este viernes que deberá ser Washington quien cubra los gastos derivados del establecimiento de la operación.
En un comunicado, recogido por la agencia surcoreana de noticias Yonhap, la cartera de Defensa ha afirmado que no ha habido ningún cambio en la "posición básica" de que el Gobierno de Corea del Sur ofrece el lugar para el despliegue del THAAD y las instalaciones relacionadas mientras Estados Unidos asume el precio de su instalación y de los gastos de mantener el sistema operativo.
Esta misma semana han llegado al campo de golf en el que se está levantando el sistema, en el condado de Seongju, en el sureste del país, seis camiones trasladando equipamiento para la batería de defensa, entre el que se encuentra el radar.
En un principio, Seúl y Washington apuntaban a la base de Seongsan, ubicada a unos 296 kilómetros al sureste de Seúl, como lugar de instalación del THAAD. No obstante, comenzaron a revisar otras posibles localizaciones después de que los residentes exigieran que se cambiara el lugar debido a los problemas de salud que se cree que podrían ser provocados por las potentes ondas de radar que emanan de la batería del sistema.
Finalmente ha sido el club de campo Lotte Skyhill, en el norte del condado, el elegido: ubicado a 680 metros por encima del nivel del mar, se trata de una zona más aislada y separada de áreas residenciales. Sin embargo, las autoridades surcoreanas ya creían que podrían enfrentarse a las protestas de los residentes de la ciudad de Gimcheon, muy cercana, ya que el radar del sistema de defensa estará señalando hacia ella.
Washington y Seúl iniciaron a principios de marzo el despliegue del sistema como respuesta a las "continuadas acciones provocativas de Corea del Norte". Según el Ejército surcoreano, el despliegue podría completarse en uno o dos meses.
Las reticencias de China, que teme que los potentes radares del sistema THAAD sean utilizados con fines de espionaje y que su capacidad de intercepción reduzca su poder de disuasión, han sido constantes desde que Seúl y Washington anunciaron su intención de desplegar este sistema.
Pekín ha criticado que el THAAD --un sistema de derribo de misiles balísticos de corto, intermedio y medio alcance a través del impacto directo-- tiene un rango que podría ir más allá de la península coreana y que podría alcanzar suelo chino.
Por su parte, las autoridades estadounidenses creen que China, como vecino y principal aliado de Corea del Norte, es el mejor situado para influir en Corea del Norte, aunque algunos analistas consideran que esta capacidad de influencia ha menguado en los últimos años.