WASHINGTON, 20 Jul. (EUROPA PRESS) -
El secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, y el ministro de Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez, han mantenido un histórico encuentro en Washington en el que ambos han constatado la disposición de sus respectivos gobiernos a trabajar como "buenos vecinos" sin olvidar sus "diferencias" en asuntos clave como los Derechos Humanos.
Coincidiendo con la reapertura de embajadas, Rodríguez ha realizado la primera visita de un canciller cubano al Departamento de Estado desde 1958. Kerry ha destacado que se trata de una "fecha histórica" y tanto él como su homólogo han explicado ante los medios que han mantenido una reunión "constructiva".
"Estamos decididos a vivir como buenos vecinos sobre la base del respeto mutuo y queremos que todos nuestros ciudadanos en Estados Unidos y Cuba miren hacia e futuro con esperanza", ha dicho Kerry en español durante la comparecencia, en el que ha abogado por "reparar lo dañado" y "abrir lo que durante tiempo ha estado cerrado".
Para el jefe de la diplomacia norteamericana, el restablecimiento de las relaciones bilaterales viene a demostrar que "la Guerra Fría terminó" hace décadas y que tanto Washington como La Habana no están dispuestas a "vivir en el pasado". "No hay nada que perder y sí mucho que ganar", ha destacado.
El canciller cubano ha apuntado que los actuales gestos han sido posibles gracias a la "sabia conducción" del expresidente Fidel Castro y a la "resistencia" del pueblo de la isla, así como al "apoyo solidario" de quienes, principalmente desde América Latina, han defendido la necesidad de que Washington y La Habana rompiesen el hielo.
Ahora, Rodríguez ha dicho que recibirá con gusto el próximo 14 de agosto a Kerry cuando éste visite La Habana para izar la bandera en la Embajada norteamericana. El propio Rodríguez asistió este lunes al simbólico acto que tuvo lugar en la legación cubana en Washington, en cabeza de una amplia delegación que tuvo que escuchar gritos a favor y en contra del régimen castrista.
DISCREPANCIAS
Los gestos públicos, sin embargo, no ocultan las "profundas diferencias" que todavía "separan" a los dos países, como han reconocido Kerry y Rodríguez. En este sentido, el secretario de Estado estadounidense ha admitido que "los cambios no son fáciles, sobre todo cuando las relaciones están profundamente arraigadas".
Kerry ha subrayado que existen "gran cantidad de temas de interés mutuo" y confía en que los gobiernos puedan avanzar en cuestiones como medio ambiente, comunicación, tráfico de personas o Derechos Humanos, entre otras. También es partidario de retirar los "obstáculos" que impiden que las familias de cubanos en la isla y en el exilio puedan visitarse.
Kerry ha previsto que el proceso será "largo" y "complejo" y habrá momentos de "frustración", pero ha pedido "paciencia" porque se trata de "un paso histórico en la dirección correcta". "Estados Unidos cumplirá su parte", ha recalcado.
"Creemos que podemos cooperar y coexistir de forma civilizada con respeto mutuo de las diferencias y desarrollando un diálogo constructivo", ha apuntado, por su parte, el canciller cubano, quien ha admitido explícitamente diferencias en materia de Derechos Humanos.
Rodríguez ha aclarado en el turno de preguntas que no ha puesto "condiciones" sobre la mesa para avanzar en la normalización de relaciones, pero sí ha dejado claro cuáles son las reivindicaciones históricas de su Gobierno y ha defendido la "soberanía" nacional frente a posibles injerencias externas.
El jefe de la diplomacia cubana ha reclamado la devolución del "territorio ocupado" de Guantánamo y que Washington compense los "daños humanos y económicos" sufridos por la población. También ha hecho alusión a la histórica reivindicación para levantar el bloqueo, una "política errónea" que causa "daños humanitarios y privaciones".
Kerry, sin embargo, no ha entrado a valorar los gestos que quedarían pendientes ni las medidas que se pudiesen adoptar por parte de Estados Unidos en el futuro cercano. De esta forma, ha esquivado la polémica en torno a Guantánamo y ha defendido que, en el caso del bloqueo, Obama "no ha podido ser más claro" al pedir al Congreso su derogación.