MADRID, 31 Jul. (EUROPA PRESS) -
Nuevos documentos filtrados hoy por Wikileaks revelan que Estados Unidos espió a la cúpula del Gobierno japonés, comenzando por el primer ministro, Shinzo Abe, así como a las autoridades del Banco Central de Japón para obtener una información que compartió con Australia, Canadá, Nueva Zelanda y Reino Unido, el grupo de aliados con el que EEUU confirma la alianza "de los Cinco Ojos", en vigor desde la II Guerra Mundial.
El volcado de documentos, que Wikileaks ha denominado como 'Target Tokyo' (Objetivo: Tokio), indica que Estados Unidos lleva casi una década espiando al Gobierno japonés --concretamente desde la primera administración de Abe, en 2006--, en diferentes ámbitos, pero sobre todo el económico. Junto a Abe, otro de los investigados directamente ha sido el ministro de Economía, Comercio e Industria, Yoichi Miyazawa.
La Agencia de Seguridad Nacional (NSA), así, habría 'pinchado' la oficina del Primer Ministro así como la de su jefe de Gabinete, Yoshihide Suga, cuyo número de teléfono figura en los documentos de Wikileaks. No se libran tampoco las autoridades del Banco Central: según la web existen entre los documentos "números de teléfono asociados al gobernador del Banco Central, Haruhiko Kuroda", según recoge el diario australiano 'The Saturday Paper', que ofrece gran parte de la información en exclusiva.
CONTRA EL CAMBIO CLIMÁTICO
Uno de los momentos donde EEUU sacó a relucir la información sobre Abe tuvo lugar en 2007, cuando el primer ministro visitó Washington para trazar la estrategia a seguir con la Casa Blanca sobre el Cambio Climático.
Según los documentos, Abe pretendía anunciar por sorpresa, sin comentarlo con el entonces presidente estadounidense, George W. Bush, un plan para que Japón redujera las emisiones de carbon a la mitad para 2050; un anuncio que cogería a contrapié a su socio estadounidense. Tal sorpresa no tuvo lugar y Estados Unidos fue finalmente informado de la "iniciativa Abe" de antemano.
La noticia de esta filtración, sobre la que todavía no se ha pronunciado el Gobierno nipón, aparece en un momento en el que ministros de ambos países, junto a Australia, están involucrados en la negociación del llamado Acuerdo Estratégico Trans-Pacífico de Asociación Económica sobre libre comercio y cuando sus dirigentes se vanaglorian de las excelentes relaciones bilaterales que atraviesan.