WASHINGTON 24 Oct. (Reuters/EP) -
El Gobierno estadounidense ha comenzado a considerar introducir controles de seguridad más estrictos en la frontera con Canadá y facilitar la retirada del pasaporte a los sospechosos de extremismo tras el tiroteo registrado el miércoles en los alrededores del Parlamento canadiense, que se saldó con la muerte de un militar y del atacante.
El asunto se encuentra en su fase inicial y no se espera que vaya a haber decisiones a corto plazo por parte del Congreso o del presidente estadounidense, Barack Obama, segúyn han informado fuentes oficiales del país norteamericano.
La Policía canadiense ha identificado este jueves a Michael Zehaf-Bibeau como el autor del tiroteo en el centro de Ottawa. Se trataría de un canadiense convertido al islam que pretendía viajar a Siria y que, de acuerdo con el cuerpo de seguridad, "actuó solo".
Las autoridades de Estados Unidos, Canadá, Australia y los países de Europa Occidental han expresado en varias ocasiones su preocupación por la cantidad de personas que han viajado a Siria para combatir en el conflicto y la posibilidad de que lleven a cabo ataques a su vuelta a sus países de origen.
Zehaf-Bibeau, de 32 años de edad, podría tener también nacionalidad libia, según ha informado en una rueda de prensa Bob Paulson, portavoz de la Real Policía Montada de Canadá (RCMP), indicando que este extremo aún no está confirmado.
La cadena canadiense CBC ha revelado que Zehaf-Bibeau se declaró culpable de posesión de drogas en 2004, tras lo cual fue sentenciado a 60 días de cárcel. Posteriormente, fue acusado de robo y amenazas y sentenciado a un día de prisión.
Zehaf-Bibeau murió tras ser tiroteado por las fuerzas de seguridad en el interior del Parlamento, donde se refugió instantes después de matar a un militar junto al monumento a los caídos que hay frente a la sede legislativa.
La ciudad de Ottawa intenta ahora recuperar la normalidad. La Cámara de los Comunes mantiene su agenda, aunque las banderas ondean a media asta y hay mayores medidas de seguridad.
Por su parte, el primer ministro, Stephen Harper, ya ha anunciado que agilizará una reforma legal para que las agencias de seguridad tengan más poderes en materia de detención y de vigilancia.