WASHINGTON, 6 Feb. (Reuters/EP) -
El Departamento de Estado norteamericano ha expresado este lunes su "gran preocupación" por las denuncias de atrocidades contra la minoría musulmana rohingyia en Birmania recogidas en un informe del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de Naciones Unidas.
El comunicado del Departamento de Estado explica que aún están estudiando el informe, pero insta al Gobierno birmano a "tomarse sus resultados en serio y redoblar los esfuerzos para proteger a la población", según una portavoz del Departamento, Katina Adams.
"Estamos profundamente preocupados por los hallazgos", ha afirmado Adams en referencia al informe publicado el pasado 3 de febrero (http://bit.ly/2kwtWGq).
Estas acusaciones deben ser investigadas "de forma prolija y creíble" y los responsables de cualquier delito deben rendir cuentas, ha añadido Adams. Washington pide además al Gobierno que restablezca el acceso humanitario y periodístico a la zona.
El informe acusa al Ejército de Birmania de cometer una serie de atrocidades contra los rohingya, desde violaciones en masa hasta la ejecución de bebés.
SUPUESTOS INMIGRANTES ILEGALES
Alrededor de 1,1 millones de rohingya viven en el norte de Birmania, en condiciones muy similares al Apartheid que sufrieron los negros en Sudáfrica. La inmensa mayoría de los birmanos son budistas y de la etnia burma, por lo que consideran que los rohingya, que profesan la fe musulmana, son inmigrantes ilegales procedentes de Bangladesh, a pesar de que son un colectivo originario del Estado de Rajine.
El pasado 9 de octubre el Ejército birmano puso en marcha una operación militar en Rajine, motivado por un ataque contra un puesto fronterizo en la región que causó la muerte de nueve militares. Desde entonces, más de 69.000 rohingyas han huido a Bangladesh. El informe presentado por la ONU se basa en los testimonios de 220 de estos desplazados.
La presencia de tantos refugiados rohingya en Bangladesh ha sido un motivo de tensión entre los dos países vecinos. Birmania ha señalado que sólo está dispuesto a aceptar la entrada de vuelta a Rajine de todos aquellos que huyeron a Bangladesh antes de octubre.