WASHINGTON, 14 Nov. (Reuters/EP) -
Estados Unidos ha instado a los líderes políticos de Zimbabue a resolver sus diferencias de forma pacífica, en respuesta a los movimientos militares que se han registrado este martes en torno a la capital, Harare, después de que el jefe de las Fuerzas Armadas amenazara al Gobierno de Robert Mugabe con una posible intervención para frenar la "purga" de ex guerrilleros en el partido gobernante, ZANU-PF.
"Instamos a todas las partes a afrontar sus disputas calmada y pacíficamente mientras siguen un proceso democrático, transparente y constitucional para resolverlas", ha dicho un miembro del Departamento de Estado de Estados Unidos, en declaraciones recogidas por Reuters.
De acuerdo con la agencia de noticias y BBC, varios vehículos de transporte militar han abandonado los barracones de Inkomo, al norte de Harare, y se han apostado en los principales accesos a la capital, donde los soldados han comenzado a dirigir el tráfico. Sin embargo, dentro de la ciudad no hay presencia militar de ningún tipo.
Estos movimientos han hecho temer un golpe de Estado contra Mugabe, cuyos críticos han comenzado a aflorar en los últimos meses. Sin embargo, el embajador zimbabuense en Sudáfrica, Isaac Moyo, ha aclarado que "no está pasando nada". El Gobierno está "intacto", ha afirmado a Reuters.
El reciente cese del vicepresidente Emmerson Mnangagwa por parte de Mugabe ha puesto las espadas en alto en Zimbabue, hasta el punto de que el jefe de las Fuerzas Armadas, Constantino Chiwenga, salió el lunes en defensa de Mnangagwa y reclamó el fin de la "purga" de antiguos guerrilleros en el partido gobernante.
Las Fuerzas Armadas suelen estar al margen de este tipo de tensiones políticas y, de hecho, guardaron silencio cuando en 2014 fue apartada de la Vicepresidencia Joice Mujuru, una veterana de guerra. Ahora, en cambio, han decidido dar un polémico paso al frente.
"Debemos recordar a quienes están detrás de los actuales chanchullos traidores que, si se trata de proteger nuestra revolución, el Ejército no dudará en intervenir", advirtió, en una comparecencia ante los medios que no ha dejado indiferente a nadie.
SUCESIÓN DE MUGABE
La evidente división en el seno del gobernante ZANU-PF tiene como trasfondo la carrera por suceder al veterano presidente, de 93 años, que gobierna el país africano desde 1980. Una facción respalda a la primera dama, Grace Mugabe, mientras que otra apoya a Mnangagwa, que ahora parece haber quedado fuera por orden directa del jefe de Estado, que no ha dudado en acusarle de traidor.
Grace Mugabe tiene entre sus principales apoyos a la facción G40, compuesta en su mayoría por jóvenes que no combatieron por la independencia y que creen que la sucesión de Mugabe debería dar pie también a un relevo generacional en Zimbabue.
El líder de las juventudes del partido, Kudzai Chipanga, ha acusado al jefe militar de actuar contra la Constitución y ha asegurado que están dispuestos a hacer lo que sea necesario para "defender la revolución". "Es un ideal por el que vivimos y por el que estamos dispuestos a morir", ha proclamado en la sede del partido en Harare.
El ZANU-PF en su conjunto también ha salido al paso de las advertencias de Chiwenga, al que ha acusado de seguir una "conducta traidora" con respecto a la cúpula política. En este sentido, el partido ha señalado en un comunicado que sigue apostando por la "primacía de la política sobre las pistolas".