PENSILVANIA 19 Mar. (EUROPA PRESS) -
El precandidato demócrata, Barack Obama, tuvo que hablar ayer sobre el racismo en Estados Unidos, tema que no había tratado hasta el momento, ante el escándalo desatado por las polémicas declaraciones de su líder espiritual, Jeremiah Wright.
Obama manifestó durante su discurso pronunciado en Pensilvania, estado donde se celebrará el siguiente caucus contra su rival Hillary Clinton, que hay que superar las heridas raciales y que "el profundo error del reverendo Wright no fue que hablara del racismo en nuestra sociedad, sino que hablara como si nuestra sociedad fuera estática, como si no se hubiera producido ningún avance, como si este país aún estuviera irrevocablemente vinculado a un pasado trágico", declaró Obama.
El pastor Wright, que casó a Obama y bautizó a sus dos hijas, dijo entre otras cosas que los negros estadounidenses deberían decir "Dios maldiga a Estados Unidos", parafraseando el lema "Dios bendiga a Estados Unidos", según informó la cadena de televisión británica BBC.
Los responsables de la campaña de Obama se mostraron muy preocupados cuando estas declaraciones, hechas hace años, comenzaron a circular por Internet.
Además, el pastor no sólo dijo que Clinton nunca había enfrentado la discriminación racial, sino que afirmó que los ataques del 11 de septiembre habían sido ocasionados por el "terrorismo" y las acciones estadounidenses.
"Este país se fundó y está dirigido según un principio racista. Creemos en la superioridad blanca y en la inferioridad negra más que en el propio Dios", dijo el reverendo en 2006 durante un discurso en la Universidad Howard, que cuenta con una gran mayoría de estudiantes afroamericanos.
OBAMA NO RENIEGA DE WRIGT
El senador por Illinois aseguró que no podía renegar de Wright, no ni de la comunidad negra, "como no puedo renegar de mi abuela blanca".
Obama, aspirante a la Casa Blanca, de padre negro y madre blanca, trató de explicar en su discurso la experiencia vivida por muchos estadounidenses a causa de las tensiones raciales, aunque dejó en claro que él cree en la unidad de su país.
Pero lo más importante, para Obama, es poder superar este legado de tensiones raciales. "La ira es real, es poderosa y el simplemente desear que desaparezca, el condenarla sin entender sus raíces, sólo sirve para incrementar el abismo de falta de entendimiento que existe entre las razas", dijo.
El senador afirmó que él puede ser el factor de unión en un país listo para superar el pasado. "Yo creo en la genialidad de este país, que es capaz de evolucionar", sentenció el candidato.