PARÍS, 1 Dic. (EUROPA PRESS) -
Los documentos del Departamento de Estado norteamericano filtrados por el portal Wikileaks han sacado a la luz la admiración que Estados Unidos tenía en un primer momento por el presidente francés, Nicolas Sarkozy, al que llegan a considerar el mandatario galo más favorable a Washington "desde la Segunda Guerra Mundial" pero al que posteriormente ven como un dirigente "autoritario".
El embajador en París Craig Stapleton escribe en uno de sus informes al Departamento de Estado que Sarkozy le había transmitido que, al igual que Bush, tenía "pundonor" y sabía afrontar "honestamente" los "problemas reales de su país", según informa el diario 'Le Monde', uno de los cinco que ha tenido acceso a los cables.
Sarkozy incluso llegó a lamentar ante diplomáticos extranjeros, durante su época como ministro del Interior, el estado de las relaciones entre los dos países para señalar que nunca utilizaría el derecho a veto de Francia en el Consejo de Seguridad de la ONU contra Estados Unidos, como ocurrió en 2002 con motivo de la invasión a Irak.
Según el antiguo consejero económico de Bush Allan Hubbard, Sarkozy se siente alagado cuando le denominan "el americano", ya que se identifica con los valores promovidos por Estados Unidos. "Sarkozy es visceralmente pro americano", explica en este sentido el embajador, quien vio al entonces ministro francés como el protagonista de una "saga a la americana".
El actual presidente galo incluso llega a estudiar la fórmula por la que Francia podría ayudar a Estados Unidos en Irak, aunque fuese "reemplazando al Ejército norteamericano por una fuerza internacional". Durante esa época, aliados cercanos a Sarkozy frecuentan la Embajada de Estados Unidos para mostrar su malestar por la política del jefe de Estado, Jacques Chirac, y del primer ministro, Dominique de Villepin.
Los continuos contactos llevan a la Embajada a calificar a Sarkozy como "el hombre que podría cambiar Francia", por su carácter favorable a Estados Unidos, sus principios de libre mercado o la lucha contra la delincuencia y el terrorismo, entre otras actitudes. "Su apodo de 'Sarkozy el americano' y su afinidad con Estados Unidos es auténtica y le sale del fondo del corazón", señala uno de esos documentos. La Embajada ya imaginaba por aquel entonces que el que fuese ministro del Interior sería capaz de ocupar la Presidencia durante diez años, algo que de momento se encuentra en el aire.
ENCUENTRO CON BUSH
Sarkozy mantiene su primer encuentro con Bush --por el que siente "admiración"-- en la Casa Blanca y, entre sus primeras declaraciones, le transmite que Chirac no quería que acudiese a Estados Unidos. Reconoce "presiones" por parte del presidente, pero al mismo tiempo le indica que consideraba "apropiado e importante" mantener un primer contacto.
Con Sarkozy ya en el Elíseo, Washington se marca cinco "apuestas" para modificar sus relaciones con Francia: Irán, Afganistán, Irak, la Unión Europea y Turquía, y Kosovo y Rusia. En la cuestión afgana, la administración estadounidense quiere dejar de lado la sensación de que es una "causa perdida", como habría transmitido Chirac, mientras que en el caso de Irak confía en obtener la ayuda francesa para salir del país árabe.
En el lado contrario, también mencionan algunas críticas a Sarkozy, como que discuta con Estados Unidos aspectos de cambio climático, la adhesión de Turquía a la Unión Europea o su falta de experiencia en política internacional. Añaden, además, que "habla un inglés muy limitado".
De las personas cercanas a Sarkozy, Estados Unidos destaca el papel del ex ministro de Asuntos Exteriores, Bernard Kouchner, relevado hace semanas del cargo pero al que consideran "un campeón de las causas humanitarias" y para el que su entrada en el Quai d'Orsay representa "el sueño de toda una vida". No obstante, y pese a que la diplomacia gala está "magnificada" por Kouchner, era directamente el Elíseo el que adoptaba las decisiones últimas en política exterior.
"SUSCEPTIBLE Y AUTORITARIO"
La opinión de Washington hacia Sarkozy comienza a cambiar a medida que empieza a adoptar algunas iniciativas en el ámbito internacional que, en algunos casos, achacan al "deseo de provocar" del presidente francés.
A partir de entonces, sale a la luz un Sarkozy "susceptible y autoritario" del que incluso se llega a cuestionar su "equilibrio" personal tras su divorcio. La separación de su mujer, Cecilia, le hace un hombre "muy irritable", y su posterior unión con la "supermodelo" Carla Bruni pone en evidencia su estilo "no presidencial" y su interés por la fama.
Los informes del Departamento de Estado reconocen, por otra parte, que la Presidencia Sarkozy pasa de ser vista como un "éxito" a transformarse en "espectacularmente impopular".
REUNIÓN CON OBAMA
El actual mandatario de Estados Unidos, Barack Obama, recibió también informes de Sarkozy con motivo de una cumbre de la OTAN en la que tenía previsto un encuentro con su homólogo francés.
La diplomacia calificó entonces a Sarkozy como "pragmático, impaciente, no diplomático, imprevisible, encantador, innovador", al tiempo que dicen de él que es "el dirigente más influyente de Europa". Agregan que el dirigente galo espera "un contacto regular e intenso con Obama", al que los diplomáticos instan a aprovechar su "prestigio" para cimentar "cambios positivos" en las relaciones entre Washington y París.