Publicado: martes, 13 febrero 2018 17:03


BRUSELAS, 13 Feb. (EUROPA PRESS) -

La Administración estadounidense de Donald Trump ha reclamado abiertamente este martes a los europeos no excluir a su industria de defensa de los proyectos de desarrollo de capacidades que la UE piensa poner en marcha a través de la Cooperación Estructurada Permanente en Defensa (PESCO) y el Fondo Europeo de Defensa en los próximos años, como forma de reducir su dependencia de Estados Unidos y avanzar hacia su autonomía estratégica.

"Queremos que los europeos tengan capacidades y fuerza pero no que excluyan a los productos americanos por supuesto, ni los productos noruegos ni potencialmente a los británicos", ha avisado este martes la embajadora de Estados Unidos ante la OTAN, Kay Bailey Hutchison, al ser preguntada por las preocupaciones de Washington de que los para el refuerzo de la defensa europea en la UE puedan socavar a la OTAN o perjudicar a su industria militar en los proyectos de desarrollo de capacidades.

Hutchison ha reclamado a los socios europeos que garanticen un proceso de contratación "justo" y "abierto a todos".

"Tenemos que evitar nuevas barreras dentro de la OTAN. Esto es una de las cosas que hemos subrayado", ha explicado el secretario general de la Alianza Atlántica, Jens Stoltenberg, que ha insistido en la necesidad de garantizar la "coherencia" en el desarrollo de las capacidades, que deben estar disponibles tanto para la UE como la OTAN y no crear listas conflictivas de requisitos militares.

Stoltenberg ha confiado en que la PESCO y el Fondo Europeo de Defensa permitan "atajar la fragmentación de la industria de defensa europea" que reducen su competitividad. "Mientras se hace de forma que no cree nuevas barreras respaldo el esfuerzo para reforzar la industria de la defensa europea", ha explicado.

"No tendría ningún sentido si la OTAN y la UE empiezan a compartir", ha avisado Stoltenberg, que ha defendido "reforzar el pilar europeo en la OTAN" pero como "complemento y no alternativa" a la Alianza Atlántica, entre otras razones porque la protección de los países europeos depende "totalmente" de la OTAN y "no es posible que la UE pueda sustituirla". "Especialmente tras el Brexit, el 80% del gasto en defensa de la OTAN vendrá de los países que no son de la UE", ha recordado.

La Comisión Europea propuso el año pasado lanzar un Fondo Europeo de Defensa de 5.500 millones de euros para incentivar proyectos de investigación y desarrollo de capacidades de defensa conjuntos de los Estados miembro, en su mayoría procedentes de contribuciones voluntarias nacionales.

Bruselas planteó contribuir por su parte 500 millones en 2019 y 2020 para cofinanciar prototipos industriales de defensa a través del Fondo elevarlos a 1.000 millones al año a partir de 2021, así como otros 90 millones para investigación en los próximos tres años y 500 millones anuales a partir de 2021.

Los Gobiernos europeos contemplan autorizar la participación de terceros países en proyectos en el marco de la PESCO, a la que se han sumado todos salvo Reino Unido, Malta y Dinamarca, sólo de manera excepcional "caso por caso" y han planteado limitar las ayudas para proyectos de consorcios en los que participen "al menos tres" empresas establecidas "cómo mínimo" en dos países de la UE y que no estén "sujetos a control" de terceros países ni empresas de terceros países. Estas últimas sólo se consideraría admisibles "de no haber sustitutos competitivos disponibles inmediatamente en la UE" y si hay "garantías suficientes" de que "de que no irá en contra de los intereses de seguridad y defensa de la Unión".

Estados Unidos espera negociar un acuerdo con la Agencia Europea de Defensa (EDA) para poder participar en proyectos de capacidades, según han explicado fuentes diplomáticas, que recuerdan que el mercado de defensa estadounidense tampoco es accesible para las empresas europeas porque salvo la británica BAE Systems no cumple "sus propios requisitos". "No vendes ni una escoba", han admitido a modo de ilustración de la dificultad de penetrar en el mercado estadounidense.

La diplomática estadounidense sí ha subrayado "el papel especial" de la Unión Europea para facilitar la movilidad militar y la importancia de reforzar el intercambio de información entre ambas organizaciones para atajar la amenaza terrorista.

Fuentes aliadas y diplomáticas admiten que la UE puede contribuir de forma importante a la hora de atajar la burocracia administrativa y normativa para el traslado de fuerzas y equipos militares a través de los distintos países del bloque y para apoyar la modernización con financiación de la infraestructura necesaria a los requisitos de los equipos militares, especialmente en los países del Este. "El problema es la financiación", han admitido fuentes diplomáticas.

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