MADRID 3 Abr. (EUROPA PRESS) -
El Gobierno de Estados Unidos ha criticado este martes el informe publicado recientemente por las autoridades de Sudán del Sur sobre la muerte del periodista británico-estadounidense Christopher Allen hace casi siete años, y le ha pedido una nueva investigación que sea "creíble".
"El informe publicado no aborda de manera integral todos los factores que llevaron a la muerte de Allen o al trato irrespetuoso de sus restos. Renovamos nuestro llamamiento al Gobierno de transición para que lleve a cabo una investigación creíble y demuestre la voluntad política de tomar en serio la rendición de cuentas", reza un comunicado del Departamento de Estado estadounidense.
La investigación concluyó que Allen murió "accidentalmente como resultado de un fuego cruzado" a las 5.30 horas (hora local) del 26 de agosto de 2017, "cuando la visibilidad era extremadamente limitada" durante los combates en el estado de Equatoria Central, cerca de la frontera con Uganda.
"Solo después de que las fuerzas atacantes fueran repelidas, los soldados realizaron una evaluación de los daños y descubrieron entre los siete cadáveres a un hombre blanco", explicó el jefe del comité de investigación, David Charles Ali Bilal. Yuba sostuvo que ingresó ilegalmente al país y no estaba acreditado ante la Autoridad Nacional de Medios.
El periodista independiente, que tenía 26 años, recibió un disparo en la cabeza mientras cubría los enfrentamientos entre el Ejército sursudanés y el Movimiento de Liberación del Pueblo de Sudán-En Oposición (SPLA-IO). Después de años de presión internacional pidiendo que se investigara su asesinato, en octubre de 2023 el Gobierno sursudanés anunció que iniciaría una pesquisa.
Las autoridades han negado repetidamente haberle atacado, si bien se encontraba empotrado con las fuerzas rebeldes durante el conflicto. En este sentido, el ministro de Información, Michale Makuei, que anteriormente había descrito a Allen como "rebelde blanco", declaró que "el informe confirma" que su "condición" como periodista "era cuestionable". "Entró ilegalmente y se unió a la rebelión", ha zanjado.
Reporteros Sin Fronteras (RSF) ha trabajado en los últimos años con la familia de Allen en una campaña global para pedir justicia por su asesinato, solicitando repetidamente investigación. Sudán del Sur ocupa el puesto 118 entre 180 países en la Clasificación Mundial de Libertad de Prensa del organismo.