Actualizado: lunes, 9 octubre 2017 5:17


MADRID, 9 Oct. (EUROPA PRESS) -

La Embajada de Estados Unidos en Turquía ha anunciado este domingo la suspensión de la gestión de solicitudes de visados para no inmigrantes en el país, lo que ha llevado a la Embajada turca en Washington a responder en reciprocidad.

"Los acontecimientos recientes han forzado al Gobierno de Estados Unidos a reevaluar el compromiso del Gobierno de Turquía con la seguridad de las instalaciones y el personal de la misión estadounidense", ha dicho la Embajada estadounidense en su comunicado.

"Para minimizar el número de visitantes a nuestra Embajada y consulados mientras se lleva a cabo esta reevaluación, hemos suspendido con efecto inmediato los servicios de visado para no inmigrantes en todas las instalaciones diplomáticas en Turquía", ha resaltado.

En respuesta, la Embajada de Turquía en Washington ha señalado que "los acontecimientos recientes han forzado al Gobierno de Turquía a reevaluar el compromiso del Gobierno de Estados Unidos con la seguridad de las instalaciones y el personal de la misión turca".

"Para minimizar el número de visitantes a nuestra Embajada y consulados mientras se lleva a cabo esta reevaluación, hemos suspendido con efecto inmediato los servicios de visado para no inmigrantes en todas las instalaciones diplomáticas turcas en Estados Unidos", ha agregado.

La decisión de Estados Unidos llegó después de que las autoridades de Turquía ordenaran que Metin Topuz, trabajador del consulado estadounidense en Estambul, permanezca bajo custodia por cargos de terrorismo.

Topuz, detenido el 4 de octubre, está acusado de mantener lazos con el clérigo islamista Fetulá Gulen, residente en Estados Unidos y al que Ankara acusa de estar detrás del intento de golpe de Estado de julio de 2016.

Las autoridades estadounidenses afirmaron que el arresto es infundado y agregaron que las relaciones entre los aliados de la OTAN. "Las acusaciones anónimas contra nuestros trabajadores socavan e infravaloran la relación duradera" entre las administraciones de Estados Unidos y Turquía, indicó la Embajada estounidense en Ankara en un comunicado.

La tensión entre los dos países ha aumentado recientemente por el apoyo que ha brindado el Ejército estadounidense a las Unidades de Protección Popular (YPG) kurdas en Siria, consideradas por Ankara una extensión del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).

El Gobierno turco también ha intentado presionar a los altos cargos estadounidenses para que extraditen a Gulen, que ha negado las acusaciones en su contra respecto al intento de golpe de Estado.

Desde la intentona, más de 500.000 personas han sido encarceladas por su supuesto vínculo al clérigo y otras 150.000 han sido despedidas de sus trabajos tanto en el sector público como en el privado.

Varias ONG y algunos de los aliados de Turquía en Occidente han mostrado su preocupación por las operaciones del Gobierno, del que sospechan que está utilizando el golpe como pretexto para eliminar a la oposición.

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha dicho que sólo se trata de una campaña para neutralizar la amenaza que representa la red de personas vinculada a Gulen, que según el Gobierno ha conseguido infiltrarse en lo más profundo de instituciones como el Ejército, la Policía y los tribunales.

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