MADRID, 29 May. (EUROPA PRESS) -
Un tribunal especial egipcio ha condenado este domingo a otros 15 años de prisión al que fuera guía supremo de la ilegalizada organización Hermanos Musulmanes Mahmud Ezzat y al antiguo candidato presidencial Abdel Moneim Futuh por difundir "información falsa" y "atentar contra la seguridad del Estado".
Hay que recordar que el Tribunal de lo Penal de Seguridad de Egipto ya confirmó en abril del año pasado una sentencia de cadena perpetua contra Ezzat, acusado de servir a la "inteligencia extranjera" y "actos de terrorismo y sabotaje".
Además, recibió esta misma sentencia en diciembre de 2021 por colaborar con el movimiento islamista palestino Hamás y otras organizaciones extranjeras, y finalmente una tercera cadena perpetua en abril de este mismo año.
Futuh, candidato en su día por el partido islamista Egipto Fuerte, y que niega toda vinculación actual con el grupo, del que fue expulsado por presentarse a los comicios, fue arrestado a su regreso de Londres, donde llamado al boicot de las últimas elecciones presidenciales de 2018 que ganó, como era de esperar, al exmilitar golpista Abdelfatá al Sisi.
Los cargos contra los acusados también incluyen la financiación de un grupo terrorista mediante el transporte y suministro de fondos y armas con la intención de ser utilizados en la comisión de delitos terroristas, informa el 'Egypt Independent'.
El tribunal de El Cairo también ha condenado a 10 años de cárcel al secretario adjunto de Egipto Fuerte, Mohamed el Kassas, jefe adjunto del partido Egipto Fuerte, y a otro activista, Moaz el Sharqaui, por cargos similares, incluida la pertenencia a Hermanos Musulmanes, que Egipto designó como organización terrorista en 2013.
El presidente egipcio llegó al poder en julio de 2013 mediante un golpe de Estado que lideró después de una serie de manifestaciones masivas contra el entonces presidente, el islamista Mohamed Mursi, primer mandatario elegido democráticamente en el país y fallecido en 2019 durante una vista judicial contra él.
El dirigente ha impulsado una amplia campaña de represión y persecución contra opositores, tanto de grupos liberales como de organizaciones islamistas como Hermanos Musulmanes, una iniciativa que los grupos de Derechos Humanos han denunciado como la más grave de los últimos tiempos.