EL CAIRO, 29 May. (Reuters/EP) -
El ministro de Asuntos Exteriores egipcio, Samé Shukri, ha denunciado la existencia de campamentos de entrenamiento para milicianos en Libia que suponen una amenaza directa para la seguridad nacional de Egipto.
En concreto, Shukri se ha referido a los últimos atentados perpetrados contra la comunidad cristiana de Egipto que "son una prueba de que los milicianos libios tienen capacidad para atentar en Egipto". Así, ha justificado los recientes bombardeos egipcios sobre objetivos en Libia y ha asegurado que se han realizado en coordinación con el Ejército Nacional Libio.
Los bombardeos egipcios comenzaron el mismo viernes, apenas unas horas después de que individuos enmascarados masacraran a 29 cristianos que se dirigían un acto religioso en la provincia de Minya, en el sur de Egipto. El atentado fue reivindicado por el Estado Islámico.
"El trágico incidente de Menia es una prueba del alcance que tienen estos grupos que están decididos a perpetrar estos horribles crímenes y que pueden atacar a los inocentes para desestabilizar Egipto", ha argumentado Shukri en rueda de prensa conjunta con su homólogo ruso, Sergei Lavrov.
"Hemos atacado las bases de estas organizaciones para deshacernos de ellas y para reducir su capacidad de amenazar la seguridad nacional de Egipto. Todo ello en completa coordinación con el Ejército Nacional Libio", ha subrayado. Además, Shukri ha instado a Rusia a "utilizar toda su capacidad disponible para colaborar y deshacernos del terrorismo".
Lavrov, por su parte, ha señalado sobre la posible reanudación de los vuelos entre Egipto y Rusia, suspendidos tras un atentado contra un avión ruso en Egipto en 2005, que Moscú no ha planteado nuevas condiciones al respecto, aunque primero deberán cumplirse todas las demandas de seguridad.
El grupo terrorista Estado Islámico ha asumido en un comunicado la autoría de la matanza de Menia. En abril, los milicianos se atribuyeron la autoría de los ataques con bomba perpetrados contra dos iglesias, que se saldaron con más de 45 muertos.