Las fuerzas del Gobierno de Trípoli han lanzado una ofensiva sobre la estratégica ciudad de Tobruk
MADRID, 6 (EUROPA PRESS)
El presidente de Egipto, Abdelfatá Al Sisi, y el comandante de las fuerzas rebeldes del este de Libia, Jalifa Haftar, ha presentado este sábado en El Cairo una propuesta de paz y de desarme para poner fin a la guerra en Libia acompañada de una declaración unilateral de alto el fuego a partir del próximo lunes, según un comunicado oficial.
El anuncio ha tenido lugar tras el encuentro mantenido este sábado por el mandatario con Haftar y con el presidente del Parlamento del este de Libia, Aguila Salé, después de los últimos reveses experimentados por las fuerzas del mariscal en su cada vez más lejano objetivo de capturar la capital del país, Trípoli, que ejerce como sede del Gobierno libio reconocido por la comunidad internacional.
A la espera de que Trípoli se pronuncie sobre el anuncio, Egipto pretende que las negociaciones queden definidas por "la necesidad de retirar a los mercenarios extranjeros de todas las tierras libias y entregar sus armas, en la expresión de la aspiración de Egipto de apoyar pasos constructivos para poner fin a la crisis libia", según ha manifestado el presidente en un comunicado recogido por el medio egipcio 'Al Ahram'.
La denominada Declaración de El Cairo incluye además la propuesta de constituir un Consejo Presidencial con representantes de las tres provincias del país mediante un proceso "justo" que sería supervisado por la ONU.
La Declaración menciona además la propuesta de pactar una Declaración Constitucional que serviría como ley fundamental para el periodo de transición política.
Además serviría como punto de partida y cimiento para la unificación de las instituciones libias "para permitir que desarrollen sus funciones y garantizar una distribución justa y transparente de los recursos libios entre todos los ciudadanos" y excluyendo a "milicias y grupos extremistas" de la capacidad del Estado, en referencia a las milicias aliadas del Gobierno con sede en Trípoli y reconocido por la comunidad internacional.
En respuesta, un portavoz del Gobierno del Acuerdo Nacional, Mohamad Gnunu, ha rechazado tajantemente cualquier diálogo y ha recordado que la iniciativa egipcia exige que las milicias se disuelvan y entreguen las armas al Ejército Nacional Libio (ENL) de Haftar.
"Nosotros no empezamos esta guerra, pero elegiremos el momento y el lugar en el que terminará", ha advertido el portavoz del Gobierno que lidera Fayez Serraj. "Nuestras fuerzas siguen avanzando con fuerza y determinación, persiguiendo a las milicias (de Haftar) a la fuga", ha remachado.
AVANCE DE LAS FUERZAS DE TRÍPOLI
Como prueba de las palabras del portavoz del Gobierno de Trípoli, las fuerzas leales al Gobierno del Acuerdo Nacional han lanzado una ofensiva sobre la estratégica ciudad de Sirte, ciudad natal del exdictador Muamar Gadafi ahora en manos de las fuerzas del Ejército Nacional Libio (ENL) de Haftar.
Un portavoz de las milicias progubernamentales, Abdelhadi Drá, ha explicado en declaraciones a la televisión libia Al Ahrar que están avanzando hacia el centro de Sirte desde diferentes puntos mientras "las fuerzas de Haftar huyen". "Nuestras fuerzas han tomado al asalto la zona de Al Zafarán y avanzan hacia el centro de la ciudad desde distintos ejes", ha explicado Drá.
Este mismo viernes, el Ministerio del Interior del Gobierno de Trípoli anunciaba la Operación País Seguro para garantizar la "seguridad y estabilidad" en las zonas "liberadas" arrebatadas al ENL de Haftar, para "proteger a los ciudadanos y sus propiedades" y perseguir a los "buscados por actos criminales".
Sirte es la última ciudad importante antes de la frontera entre las provincias históricas libias de Tripolitania y Cirenaica. Más allá están los puertos petroleros de Sidra y Ras Lanuf, unas posiciones estratégicas para Haftar porque controlan la exportación de crudo.
La ciudad de Sirte está bajo control del ENL de Haftar desde enero, cuando sus tropas entraron en la ciudad casi sin oposición después de que una de las milicias traicionara al Gobierno de Trípoli y apoyase a las autoridades con sede en Tobruk.
El pasado jueves las fuerzas que apoyan al Gobierno de Fayez Serraj anunciaron la expulsión de todas las milicias rivales de la capital, un paso más en la contraofensiva que ha llevado a las fuerzas de Haftar a retroceder tras los avances logrados en los últimos meses.
El Gobierno de Turquía ha sido el principal respaldo de las fuerzas de Serraj con el traslado a Libia a militares y rebeldes sirios, algo que ha sido criticado por Haftar, quien cuenta por su parte con el apoyo de Emiratos Árabes Unidos (EAU), Egipto y Rusia, entre otros.
Estos nuevos avances han hecho que Serraj haya declarado su negativa a mantener negociaciones con Haftar argumentando que no estaba respetando los acuerdos alcanzados y que se niega a mantener un proceso serio.
Asimismo, criticó el "golpe" que dio en el este del país a finales de abril, cuando dijo que "aceptaba la voluntad popular" para asumir todo el poder, dejando de lado a las autoridades civiles, encarnadas en la Cámara de Representantes.
El conflicto en Libia se recrudeció en abril de 2019, cuando las fuerzas lideradas por Haftar lanzaron una ofensiva para hacerse con Trípoli, sede del Gobierno de unidad.
El inicio de las operaciones militares encabezadas por Haftar llegó tras varios años de intentos infructuosos de lograr una solución política a la fragmentación en diversas administraciones tras la captura y ejecución de Muamar Gadafi en octubre de 2011.
La duplicidad institucional se retrotrae a las elecciones parlamentarias de 2014, que dividieron las administraciones, sin que las asentadas en el este --anteriormente reconocidas por la comunidad internacional-- y el Gobierno de unidad, surgido de un acuerdo en 2015, consiguieran pactar su unificación desde entonces.