WASHINGTON 12 Jun. (Reuters/EP) -
Egipto, Jordania y Marruecos han informado a la Administración del presidente estadounidense, Donald Trump, de que acudirán a la conferencia sobre Palestina liderada por Estados Unidos que se celebrará este mes en Bahréin.
La participación de Egipto y Jordania es considerada de especial importancia dado que son actores clave en los esfuerzos para lograr la paz en Oriente Próximo y son los únicos Estados árabes que han llegado a acuerdos con Israel.
Sin embargo, la decisión de los líderes palestinos de boicotear el encuentro, que tendrá lugar los días 25 y 26 en Manama ha planteado dudas sobre las posibilidades de éxito de la conferencia.
A finales de mayo, el ministro de Desarrollo Social, Ahmed Majdalani, que es también miembro del comité ejecutivo de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), aseguró que "no habrá participación palestina en la conferencia de Manama".
"Cualquier palestino que participe (en la conferencia) no será otra cosa que un colaborador de los estadounidenses e Israel", añadió en declaraciones a la agencia de noticias Reuters.
El secretario general de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Saeb Erekat, ha insistido en que la presencia de Palestina en Manama "únicamente sería utilizada para legitimar una iniciativa que busca privar a los palestinos de sus derechos".
LA CONFERENCIA
Estados Unidos anunció la conferencia durante la jornada del domingo y la describió como parte del esperado 'acuerdo del siglo' que la Administración Trump prepara para intentar lograr un acuerdo entre israelíes y palestinos.
Hasta ahora se había informado de que se presentaría el plan de paz tras el mes santo musulmán del Ramadán, pero el anuncio de este domingo apunta a una puesta en marcha por fases con la parte económica programada para junio, dejando así las propuestas políticas para más adelante.
En este sentido, el primer ministro palestino, Mohamad Shtayé, ha reiterado que las peticiones de Palestina de cara a un acuerdo son el establecimiento de dos estados, el control total de Cisjordania, la Franja de Gaza y Jerusalén Este.
Por otra parte, ha criticado que "la crisis financiera que sufre la Autoridad Palestina es resultado de la guerra financiera contra ella para lograr concesiones políticas". "No cederemos ante el chantaje y no cambiamos nuestros derechos políticos por dinero", ha zanjado.
La Autoridad Palestina ya ha rechazado la mediación de Estados Unidos por su decisión sobre el estatus de Jerusalén, argumentando que mantiene una postura sesgada y favorable a los intereses de Israel.
Trump anunció el 6 de diciembre de 2017 el cambio a Jerusalén de la sede diplomática en Israel, dinamitando con ello el único punto de consenso en la comunidad internacional sobre el conflicto entre israelíes y palestinos: que el estatus de la ciudad santa debía decidirse en un eventual diálogo de paz.
Un total de 128 países se manifestaron en contra de este movimiento en una votación de la Asamblea General de Naciones Unidas, pese a lo cual Estados Unidos y sus aliados han seguido adelante con sus planes. Israel considera zanjada la cuestión de la capitalidad de Jerusalén.