RANGÚN 14 Oct. (Reuters/EP) -
El Ejército de Birmania ha abierto este viernes una investigación interna sobre los presuntos asesinatos y abusos cometidos por efectivos contra los rohingyas en el marco de la contraofensiva militar que tuvo lugar a finales de agosto en el estado de Rajine, que se saldó con al menos 400 muertos y provocó un éxodo masivo hacia Bangladesh.
La última ola de violencia en el estado de Rajine, en el noroeste de Birmania, comenzó el 25 de agosto, cuando milicianos insurgentes rohingyas atacaron decenas de puestos de control policial y una base del Ejército.
El general Aye Win, al frente de una comisión del Ejército, ha puesto en marcha una pesquisa sobre el comportamiento del personal militar.
El trato que reciben los rohingyas en Birmania, un país con mayoría de población budista en el que esta comunidad musulmana cuenta con cerca de 1,1 millones de personas, es el mayor desafío que afronta la líder 'de facto' birmana, Aung San Suu Kyi, que ha sido duramente criticada por Occidente por no defender a los rohingyas.
Birmania dice que las fuerzas de seguridad están combatiendo en el marco de una campaña legítima contra elementos "terroristas" que han lanzado una serie de ataques contra puestos policiales y contra el Ejército desde octubre.
La última estimación de rohingyas que han cruzado la frontera de Birmania para quedarse en Bangladesh desde la última ola de violencia iniciada a finales de agosto es de un total de 123.600 personas, según los cálculos realizados por personal de la ONU destinado en el lado bangladeshí de la frontera.
Esa cifra eleva a cerca de 210.000 los rohingyas que se han refugiado en Bangladesh desde octubre de 2016, cuando milicianos rohingyas realizaron varios ataques contra puestos de control, provocando una contraofensiva del Ejército que llevó a 87.000 personas a trasladarse al país vecino.