RANGÚN, 11 Ago. (Reuters/EP) -
El Ejército birmano ha enviado a cientos de soldados al estado de Rajine para intensificar la presión sobre los rohingya, después de que Naciones Unidas acusara al Gobierno del país asiático de orquestar una violentísima campaña de persecución contra esta minoría musulmana que viven en esta porción de tierra en el noroeste del país, de la que han escapado ya miles de personas.
La situación actual comenzó el pasado mes de octubre cuando extremistas rohingya mataron a nueve personas, iniciando así una brutal contraofensiva del Ejército, que según informes de la ONU podría haber sido responsable de abusos sexuales, asesinatos extrajudiciales y torturas.
Fuentes militares han confirmado la llegada de este nuevo despliegue militar al norte del estado después de que la semana pasada fueran hallados, despedazados a machetazos, los cadáveres de siete budistas en las montañas cerca de Maungdaw.
Se trataría de 500 soldados procedentes de varias ciudades cercanas a la frontera con Bangladesh, entre ellas Buthidaung y la propia Maungdaw. Tal y como han reconocido estas fuentes, "se han tenido que intensificar las operaciones por el empeoramiento de la seguridad: varios musulmanes y budistas han sido asesinados por los insurgentes", de acuerdo con el jefe de Policía del estado, el coronel Sein Lwin.
La seguridad ha aumentado también en la frontera con Bangladesh, según el director general de la administración para la capital de Rajine, Sittwe, Kyaw Swar Tun, mientras la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), ha pedido a la líder 'de facto' del país, la activista y Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi, que contenga a los militares.
"Aung San Suu Kyi debería pedir a todas las partes, entre ellas el Ejército, para que adopten medidas que reduzcan la tensión del conflicto abierto en el norte del estado, en lugar de desactivarlo", según un comunicado de la integrante de la junta de Gobierno de la ASEAN, Eva Kusuma Sundari.