Actualizado: domingo, 3 abril 2016 8:54

NUEVA YORK, 3 Abr. (EUROPA PRESS) -

De las más de 200 mujeres que participaron en los ejercicios mixtos de combate celebrados el año pasado por los Marines, ninguna decidió incorporarse finalmente a los puestos de Infantería, Artillería o Acorazada ofrecidos por el cuerpo. Esta negativa es un golpe a la última iniciativa del Ejército de Estados Unidos para potenciar la integración de la mujer en primera línea de fuego, aunque sus creadores esperan no solo una incorporación progresiva de oficiales

Sin embargo, la presencia de mujeres en los puestos de combate no es un cambio bien recibido. Una encuesta publicada el pasado mes de marzo por el 'Washington Post' revela que dos de cada tres Marines varones y una de cada tres féminas se oponen a la presencia de mujeres en puestos de combate.

Aunque los Marines han anunciado que el plazo de entrenamiento para mujeres se abre el próximo mes de junio, la realidad es que más de 200 candidatas han completado ya una prueba con sus compañeros de Infantería. Los resultados de dicha prueba, sin embargo, fueron devastadores por el alto nivel físico de la misma. Los oficiales responsables indican que la mitad de las mujeres de una compañía tuvieron que abandonar por lesiones.

El entrenamiento, de máxima exigencia, se desarrolló en el desierto de Mojave. Allí, varios pelotones corrieron durante horas por la arena cargados con 45 kilos de peso. Muchas mujeres acabaron prácticamente incapacitadas por el dolor en sus piernas y en sus caderas. Algunas presentaban incluso fracturas.

De hecho, y volviendo a la encuesta, la oposición más férrea fue la que declararon los Marines que habían pasado toda su vida en Infantería, dada la dureza del entrenamiento. Además, casi un 90 por ciento de los Marines varones expresaron su preocupación ante la posibilidad de entablar relaciones íntimas dentro de la misma unidad, y un 80 por ciento sobre posibles acusaciones falsas de abuso sexual.

FALTA DE RECLUTAS

La realidad es que, a día de hoy, ninguna mujer se ha apuntado al inicio oficial de los entrenamientos de junio. Hasta ahora, todas han preferido seguir en sus labores habituales: conductoras de camión, reabastecedoras de combustible o gestión de recursos.

"A mí me parece", apunta el capitán Ray Kaster a la emisora pública de radio de EEUU, NPR "que las mujeres no van a hacer precisamente cola para alistarse en la infantería de Marines". "Es algo inmensamente difícil. Es un estilo de vida. Es lo que haces. Es lo que eres", añade.

Sin embargo, cerca de un centenar de mujeres consiguieron superar el extenuante entrenamiento del año pasado. "Son unas fenómenas y están capacitadas para hacer su trabajo. Pero mi preocupación, como líder de pelotón, es el tiempo al que pueden estar al máximo nivel. Digo esto basándome en las cifras: el índice de lesiones era muy alto", concluye.

"Lo que hemos aprendido tras hablar con las candidatas es que tienen intención de permanecer en sus trabajos actuales", según el portavoz del cuerpo de Marines, James Glynn. "Pero es una cuestión de en qué punto te encuentras de tu carrera y cómo encaja ahí", ha declarado.

La coronel Anne Weinberg, que participó en el entrenamiento del año pasado, conserva su fe en que las reclutas se animen a integrar las filas de Infantería. "Cualquier mujer que desee apuntarse al combate será un fenómeno revelador", dice.

A pesar del relativo fracaso de los entrenamientos, la decisión integradora tomada en diciembre del año pasado por el secretario de Estado, Ashton Carter, parece inapelable. Los Marines están comenzando a mandar a mujeres sargento a posiciones de combate como apoyo en labores de logística o inteligencia.

La esperanza reside en que estas pioneras consigan alentar a compañeras para seguir sus pasos y despejar tensiones. "Los hombres deberán acostumbrarse a que existe una mujer competente capaz de desempeñar su propio trabajo y es capaz de combatir como cualquier otro hombre", apunta la coronel Weinberg.

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