MANILA, 11 Abr. (Reuters/EP) -
El Ejército de Filipinas ha defendido este lunes sus operaciones contra el grupo yihadista Abú Sayyaf en la isla de Basilan, en las que 18 soldados han muerto y más de 50 han resultado heridos tras caer en un emboscada orquestada por los milicianos de la organización terrorista, que ha jurado lealtad a Estado Islámico.
Algunos medios de comunicación y expertos en materia de seguridad han criticado la planificación militar del enfrentamiento contra los milicianos de Abú Sayyaf, después de que en 2011 y 2015 murieran 19 soldados y 44 mandos policiales en sendos ataques contra la organización terrorista.
"Es un déjà vu. Las fuerzas del Gobierno han subestimado la potencia de fuego de los milicianos y sus vínculos con otros grupos ilegales de Basilian", ha explicado el analista Rommel Banlaoi.
El portavoz del Ejército, el general de brigada Restituto Padilla, ha subrayado que aunque las tropas fueron entrenadas adecuadamente y la operación estuvo bien coordinada, al final cayeron en una trampa de minas terrestres que no pudieron anticipar. "La situación sobre el terreno es muy diferente a como la pintan estos generales de pacotilla y analistas. Tienden a magnificar un incidente desafortunado cuando el Ejército ha tenido muchos éxitos" ha sostenido.
Padilla ha señalado que este domingo se encontraron otros ocho cuerpos de milicianos yihadistas, elevando a trece el total de víctimas mortales del grupo, entre las que se incluye un marroquí. El portavoz ha explicado que el Ejército atacó el campamento de Abú Sayyaf con bombas y proyectiles de artillería antes de enviar tropas sobre el terreno.
"Cuando llegaron allí, se produjeron explosiones alrededor de ellos, el lugar estaba lleno de trampas y fueron acorralados mientras los milicianos les disparaban desde todos los flancos", ha lamentado Padilla.
EL GOBIERNO DEBE ACTUAR
No obstante, el portavoz ha subrayado que el Gobierno, al igual que el Ejército, juega un papel fundamental para acabar con la militancia yihadista en el sur del país, incentivando el desarrollo y promoviendo los servicios sociales de la región.
El grupo terrorista Abú Sayyaf, una de las principales facciones islamistas del sur de Filipinas, ha conseguido atraer a su causa a combatientes extranjeros del sureste asiático, Oriente Próximo y el norte de África, tras colgar varios vídeos en las redes sociales en los que jura lealtad a Estado Islámico en Siria e Irak.
El Ejército reforzó su ofensiva contra el grupo yihadista a finales de 2015, cuando el presidente, Benigno Aquino, ordenó a las tropas dar caza a los milicianos por secuestrar y ejecutar a extranjeros. Durante años, el Ejército filipino ha recibido un entrenamiento antiterrorista por parte de las fuerzas estadounidenses, aunque las tropas de este país no han jugado un papel directo en la ofensiva contra Abú Sayyaf.
"No se trata solo de una mera cuestión de entrenamiento", ha señalado un experto en seguridad norteamericano, Ric Jacobson. "Si el liderazgo y las preparaciones no son sólidas, estas operaciones están abocadas al fracaso sin importar lo bien entrenadas que estén las tropas", ha añadido.
SIN REPERCUSIÓN ELECTORAL
El incidente no ha despertado las críticas de los candidatos que compiten por la Presidencia en los comicios del 9 de mayo. Sin embargo, un alcalde de una ciudad sureña y de discurso crítico, que ha prometido acabar con la corrupción y el crimen, ha escalado hasta la primera posición, tras una encuesta realizada poco antes de los enfrentamientos de Basilan.
En un debate emitido el domingo, los candidatos a la vicepresidencia suscribieron que no mantendrían negociaciones con Abú Sayyaf y se comprometieron a abordar los problemas sociales y la pobreza del sur del país, a la espera de una solución militar.