BAGDAD, 24 Abr. (Reuters/EP) -
El Ejército iraquí ha ordenado a los civiles desplazados de Ramadi que no regresen a sus hogares después de casi medio centenar de personas murieran a causa de la explosión de minas instaladas por el grupo terrorista Estado Islámico en diferentes calles y edificios de la ciudad, han señalado fuentes de la oficina de Gobierno de Anbar.
Miles de residentes han regresado a la capital de la provincia de Anbar en los dos últimos meses, la mayoría desde los campos al este de la ciudad donde se refugiaron antes del avance del Ejército el año pasado.
La escasez de expertos entrenados para desmantelar explosivos ha reducido las labores para restaurar la seguridad en Ramadi, pero no han evitado que la gente responda a las llamadas de religiosos locales y líderes del Gobierno que piden el regreso de los civiles a sus hogares.
Un portavoz de la oficina de Gobierno de Anbar que supervisa las labores de restauración en Ramadi ha confirmado que el Ejército ha emitido la orden porque "sienten la necesidad de frenar el regreso a los hogares hasta asegurar que la zona es segura".
El portavoz ha explicado que no estaba claro si la gente podría regresar a Ramadi y ha rechazado hacer comentarios sobre lo que sucederá con los residentes que ya lo han hecho.
El alcalde de Ramadi, Ibrahim al Ausaj, ha señalado que se espera que el bloqueo dure sólo uno o dos días, mientras las autoridades investigan si la ciudad está limpia de explosivos.
Las estadísticas oficiales indican que 49 personas han sido asesinadas y otras 79 han resultado heridas en Ramadi desde principios del mes de febrero, aunque la ONU ha señalado que esos datos están "infravalorados".
La eliminación de minas debe ser el primer paso para devolver a los civiles a Ramadi, ciudad que, según dijo el pasado mes un equipo de Naciones Unidas, ha sufrido la destrucción más que cualquier otro lugar de Irak, tras meses de combates entre las bombas del Estado Islámico y los ataques aéreos de la coalición liderada por Estados Unidos.
Más de 3,4 millones de iraquíes han sido desplazados por la violencia alrededor del país, según estadísticas de la ONU, la mayoría de ellos pertenecientes a la minoría suní.